Uno de los ejemplos más destacados del modernismo en Santa Cruz de Tenerife es el palacete Martí Dehesa, construido por encargo de Nicolás Martí Dehesa, destacado personaje de comienzos del siglo XX en la entonces capital de Canarias, que conoció en Europa las corrientes imperantes, “no de manera epitelial, como hiciera la mayoría burguesa de la isla –escribe el profesor Alberto Darias Príncipe–, sino aceptando sus contenidos arquitectónicos, en profundidad”.[1] Es conocido que su hermano Juan Martí Dehesa había encargado en 1907 al arquitecto vallisoletano Mariano Estanga y Arias Girón –el mismo autor del edificio que nos ocupa– otro palacete, más tarde Pious School, hoy desaparecido, exponente de un lenguaje modernista muy depurado.
El profesor Darias Príncipe, sin duda el más relevante de los investigadores académicos de la arquitectura regional canaria, señala que el palacete de Nicolás Martí Dehesa –años más tarde sede de Presidencia del Gobierno de Canarias y en la actualidad clínica dental– “es el más destacado exponente del modernismo canario”.[2]
El inmueble es un ejemplo más refinado que es el de otros autores precedentes y “había evolucionado hacia formas claramente volumétricas, buscando así una respuesta más consistente a la modernidad, que encuentra en los modelos secessionistas, que Olbrich trazara para la colonia de artistas de la Mathildenhöhe en Darmstadt (Hesse)”,[3] lo cual quiere decir que, si comparamos cronologías, la obra del arquitecto austriaco está fechada entre 1905 y 1911, de modo que salvando el tránsito que exige el traslado de las ideas del centro a la periferia, podemos considerarla contemporánea.
Y es que, siguiendo al relevante historiador de origen gomero, en el palacete Martí Dehesa “se repiten los axiomas básicos planteados por Olbrich: nitidez volumétrica, ubicación en zonas determinadas de una rica y prieta decoración, honestidad formal de los componentes que conforman el cuerpo general de la obra… incluso, detalles tan concretos como las modernas bandas de huecos que el arquitecto austríaco coloca en la torre de la colonia de Hesse, se repiten en Estanga”.[4]
Al mismo tiempo, la decoración interior del inmueble “es una de las más ricas de la arquitectura doméstica de Canarias. Si los accesos a los espacios comunes están tomados de la Matildenhöhe, la escalera de tirabuzón soluciona el arranque del pasamanos a la manera de Majorelle, sacando del bucle un candelabro de forma art-nouveau. En el comedor, arbitra un recurso nuevo a la vieja solución, el gabinete italiano, con un espacio semicircular dilatado por la serie de estrechas ventanas que cubrirá con vidrieras importadas de la fábrica La Veneciana de Zaragoza, de manera que cuando entra la luz prácticamente desaparece la separación entre ellas para dar, como consecuencia, la sensación de un espacio fluido sin fragmentaciones aparentes”.[5]
Situado en la Plaza 25 de Julio o Plaza de los Patos, esquina con la calle Viera y Clavijo, el proyecto tiene fecha 12 de febrero de 1912 y se aprobó el 29 de mayo siguiente por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. El entorno, aunque sigue teniendo su atractivo, sin duda lo tuvo más en el pasado. La demolición de varios edificios de indudable interés arquitectónico ha devaluado el interés del conjunto histórico-artístico, en la que la plaza, construida entre 1913 y 1917, ocupa una superficie de 1.330 metros cuadrados y tiene una fuente central réplica la Fuente de las Ranas del parque María Luisa de Sevilla. Los bancos de cerámica exponen la publicidad de las empresas o comitentes que patrocinaron su construcción.
Notas:
[1] Darias Príncipe, Alberto (2004). Santa Cruz de Tenerife. Ciudad, arquitectura y memoria histórica 1500-1981. Tomo I, p. 302.
[2] Ibídem.
[3] Ibídem, p. 303.
[4] Ibídem.
[5] Ibídem.
Foto: archivo Miguel Bravo. Nuestro agradecimiento