El paisaje transformado por 215 millones de m3 de magma

Dice el PEVOLCA, en consideración a los cálculos que aportan las mediciones y estimaciones de los científicos, que el volcán Tajogaite, Cabeza Vaca –nombres propuestos, entre otros, para el volcán aún sin nombre– ha emitido unos volúmenes aproximados de 215 millones de metros cúbicos de materiales volcánicos, de los que 28 millones corresponden al edificio emisor propiamente dicho y 187 millones a los campos de lava. A estos volúmenes habría que añadir los materiales piroclásticos de caída y el volumen de las lavas submarinas.
Desde el 13 de diciembre el volcán está en fase post-eruptiva, en la que “persisten algunos peligros volcánicos, y no conlleva necesariamente el final de la reactivación magmática en Cumbre Vieja”, advierte el PEVOLCA.
Es cierto que no hay presencia de tremor volcánico en las señales sísmicas. La sismicidad, que es de baja magnitud, está en niveles muy bajos en todas las profundidades. Pese al nivel de sismicidad actual, no se descarta que puedan producirse sismos que sean sentidos por la población.
Siguen, y seguirán por bastante tiempo, las emanaciones de gases. Y con esto hay que tener mucho cuidado. No se puede confiar ni bajar la guardia en momento alguno.
La emisión difusa de dióxido de carbono (CO2), asociada a los 220 km² del sistema volcánico de Cumbre Vieja, refleja una tendencia descendente durante los últimos siete días, aunque continúan siendo superiores al rango de valores considerados normales para el edificio de Cumbre Vieja. En algunas zonas concretas estas emanaciones difusas de CO2 pueden representar un peligro para las personas siempre y cuando se registren valores altos de flujo difuso de CO2 en zonas no muy bien ventiladas y/o a alturas por debajo de un metro del suelo como consecuencia de la posible acumulación de CO2 y descenso del oxígeno (O2) en el aire. Es lo que sucede, por lo comprobado, en la zona de La Bombilla, donde las emanaciones difusas CO2 tienen claramente un origen volcánico llegando a alcanzarse concentraciones de CO2 en el aire relativamente altas.

Fotos: Facundo Cabrera para puentedemando.com
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