El naufragio del trasatlántico “Andrea Doria”, 66 años después

Se cumplen, tal día como hoy, 66 años del hundimiento del trasatlántico italiano “Andrea Doria”, tras una embestida del trasatlántico sueco “Stockholm”. Ambos buques colisionaron en la posición 40º 30’ N y 69º 53’ W, fruto de una cadena de errores, como demostró la investigación posterior, en la que el capitán italiano Piero Calamai salió mal parado.
El siniestro, que provocó el naufragio del elegante “Andrea Doria”, se saldó con 51 muertos: 46 del buque italiano y cinco del sueco. A consecuencia del impacto y de los daños producidos, el elegante “liner” italiano –estrenado en enero de 1953 en la línea Génova-Nueva York– se escoró sobre la banda de estribor y acabó desapareciendo bajo las aguas poco después de las 10 h del 26 de julio y desde entonces reposa a una profundidad de 77 metros.
Los destrozos en la proa del buque sueco fueron muy considerables, aunque se mantuvo a flote y regresó por sus propios medios a Nueva York, llevando a bordo a 542 supervivientes del trasatlántico italiano.
A la llamada SOS de ambos trasatlánticos acudieron, en los primeros momentos, los buques “William Thomas”, “Cape Anne”, el trasatlántico francés “Ile de France” y el destructor USS “Edward Allen”, en el que el capitán Calamai desembarcó en Nueva York, un hecho circunstancial que habría de volverse en su contra el resto de su vida, como explica, con la pulcritud y precisión que le caracteriza Luis Jar Torre, en un artículo publicado en el número correspondiente a enero-febrero de 2012 en Revista General de Marina.
El suceso tuvo una impresionante repercusión mediática a nivel mundial. Así como las labores de rescate fueron motivo de elogio, las causas del accidente enfrentaron a ambas compañías en largos y ruidosos pleitos, hasta que se alcanzó el acuerdo de que cada cual asumiera sus indemnizaciones.
El trasatlántico sueco “Stockholm” sería reparado y vendido en mayo de 1959 a Alemania Oriental. Desde entonces ha sido revendido, reformado y ha cambiado varias veces de nombre y en la actualidad sigue a flote, convertido en el crucero de turismo más antiguo del mundo en servicio activo y renombrado “Astoria”.
Después de este sonoro accidente comenzó el desarrollo de los radares ARPA, el primero de los cuales desarrollado por Norcontrol estaría disponible en 1969. En relación a la navegación la IMO discutió y aprobó en 1972 el Reglamento Internacional para Prevención de Abordajes (RIPA) o Convention on the International Regulations for Preventing Collisions at Sea (COLREG), en sustitución de las regulaciones precedentes establecidas en 1960.

Fotos: Harry A. Trask y U.S. Coast Guard
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