En la búsqueda de soluciones para los humos de la chimenea proel del acorazado imperial japonés “Nagato”, que invadían la elevada superestructura del puente cuando navegaba a máxima velocidad, en 1922 se le instaló un deflector y en una reforma efectuada entre 1924 y 1925 la chimenea adoptó esta curiosa forma, que se mantendría hasta una modernización realizada entre 1936 y 1936.
Dicen los especialistas japoneses de las cosas de la mar y los barcos que las fotos de esta época del acorazado “Nagato” a tan corta distancia son raras —está tomada en agosto de 1930 en Yokohama—, pues generalmente se toman a distancia, de ahí que se le considera realmente una joya gráfica.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, el acorazado “Nagato” —en servicio desde noviembre de 1920— pasó a EE.UU. como botín de guerra en Yokosuka en una toma considerada como símbolo de la rendición japonesa. En julio de 1946 se utilizó como objetivo en las pruebas atómicas de la Operación Crossroads en el atolón de Bikini, a las que sobrevivió, aunque unos días después se hundió y reposa a 53 m de profundidad.
De 42.850 toneladas de desplazamiento, medía 221 m de eslora, 34,59 m de manga y 9,50 m de calado máximo. Estaba propulsado en origen por turbinas que tomaban vapor de 21 calderas y desarrollaban una potencia de 80.000 caballos sobre cuatro ejes y mantenía una velocidad máxima de 27 nudos. A velocidad económica de 16 nudos tenía una autonomía de 5.500 millas.
El armamento era considerable: ocho cañones de 410 mm, 18 cañones de 140 mm, ocho cañones antiaéreos de 127 mm y tras la última reforma tenía 98 cañones antiaéreos de 25 mm, además del embarque de tres aeronaves. La dotación estaba formada por 1.368 oficiales, suboficiales, cabos y marineros.
Foto: Japan Navy
1 comentario
resulta que en los tiempos de la 2ªGM, la URSS, Rusia, tenía en su flota de superficie un buque de gran tonelaje con una chimenea proel igualita a ésta. No creo que sea un error de información ni que ambos los construyese el mismo astillero, salvo que fuese en Inglaterra. Vaya casualidades