El pasado mes, repentinamente o no, nos dejó para siempre un gran lanzaroteño, grande, entre los más grandes de la isla de los Volcanes. Antonio Armas Fernández se fue sin despedirse, pero dejando una obra mayúscula en Canarias y un bienestar para todos los canarios de proporciones gigantescas.
Como hombre de una isla periférica sintió la necesidad de las comunicaciones, tanto interiores como exteriores, del archipiélago con el resto del país; teniendo como motor impulsor a su padre, Antonio Armas Curbelo, pionero en el transporte marítimo canario. Pero el hijo superó con creces la obra de su progenitor hasta llevar al grupo Naviera Armas Trasmediterránea a ocupar el cuarto puesto en el ranking europeo. Es evidente que, a lo largo de estos 50 años de vida marinera –50 años de Volcanes–, los temporales y los mares de fondo han sido una constante en la vida de este aguerrido armador, superando olas difíciles de sortear.
Estos últimos años la naviera canaria ha tenido momentos complejos, como la gran mayoría de empresas. En primer lugar, la pandemia conllevó al amarre de parte de la flota, y, de otra, la ruptura de las relaciones de Marruecos con España, cancelando la OPE (Operación Paso del Estrecho), así como todas las operaciones del Estrecho. Mientras tanto, en la orilla, en tierra firme, los envidiosos y los usureros bancarios, con la complicidad de cierta prensa subvencionada con el erario público, han creado, en diferentes momentos, situaciones críticas; pero que, con mucho sacrificio, se ha salido de este terrible embate.
Todos estos hechos fueron minando la salud de este noble empresario. En mi pensar, creo, que la presión le pudo. Pero, siéndolo o no, la realidad es que hoy los canarios disponemos de comunicaciones marítimas de primer nivel gracias al esfuerzo, trabajo, constancia y brillantez de este hombre de bien.
Gracias, Antonio Armas Fernández.
Foto: Jesús González Bustio (shipspotting.com)
1 comentario
No niego que el sr. Armas, Dios lo tenga en la gloria, haya sido una gran persona y un gran empresario, pero sus barcos siempre han tenido y siguen teniendo una sensible falta de mantenimiento, es un secreto a voces que espero que los sucesores del sr. Armas subsanen lo más pronto posible.