El informe final sobre el accidente de un avión MD-83 de la aerolínea española Swiftair, fletado por Air Algérie, ocurrido el 24 de julio de 2014 en Mali, descarga la responsabilidad sobre los pilotos, que figuran entre los 116 fallecidos –de ellos, seis españoles– que iban a bordo. El aparato, matrícula EC-LTV y en servicio desde 1996, se desintegró al impactar contra el suelo.
El informe preliminar, hecho público en abril de 2015 por los técnicos franceses de la Oficina de Investigación y Análisis (BEA), ratifica los términos expresados entonces. Y concluye que “el análisis de los datos disponibles indica que la tripulación no activó el sistema de (des)congelación de las sondas de presión, lo que se tradujo en el envío de información errónea al piloto automático”.
El informe dice que el avión despegó con normalidad a la 01,15 h local y después de rodear una zona tormentosa, activó el piloto automático cuando se encontraba a 9.500 m de altitud. Sin embargo, al no activar el sistema de descongelación, éste recibió datos erróneos de las sondas de presión lo que llevó a disminuir la velocidad. Se produjeron datos erróneos en el motor derecho y con un intervalo de 55 segundos en el motor izquierdo.
Ello pudo deberse a la congelación de las sondas de presión situadas en ambos propulsores, que para mantenerlas operativas disponen de protección contra el hielo mediante un sistema que inyecta aire caliente. Según el informe, “al parecer”, el análisis de los datos disponibles indica que la tripulación no activó estos sistemas cuando el avión alcanzó su altitud de crucero.
Para mantener la altitud, el piloto automático elevó el morro lo que provocó que entrara en pérdida. Según el informe de la BEA, el piloto automático se desconectó 20 segundos después de que estuviera en caída libre y el avión se inclinó a la izquierda hasta alcanzar una inclinación de 140 grados y un ángulo de caída de 80 grados, hasta que se estrelló. El informe final de la BEA señala que “no hubo maniobra de recuperación por parte de la tripulación” y que el impacto se produjo a una gran velocidad, lo que provocó su total desintegración.
Sin embargo, estas consideraciones del accidente se han hecho públicas pese a que no se ha podido disponer de los datos de las “cajas negras”, que registran las conversaciones de la cabina de mano, dado el penoso estado en que fueron recuperadas, informa la prensa francesa y leemos también en la prensa española.
El informe afirma que hay registro de dos incidentes similares en este tipo de aeronaves, que fueron detectados y corregidos por los pilotos. Los técnicos de la BEA dicen que seguirán trabajando para completar esta hipótesis con otros parámetros de vuelo y analizarán la formación de las tripulaciones de Switair.
Foto: Curimedia