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El histórico correíllo “La Palma” cumple 111 años

El 12 de abril de 1912, el astillero W. H. & Sons Ltd., en Middlesbrough, entregó el buque “La Palma” a la Compañía de Vapores Correos Interinsulares Canarios. Se cumplen, por tanto, 111 años de aquel hito en la historia del correíllo, que formaba parte del grupo de seis buques construidos para cumplir con el contrato firmado con el Estado, de prestación de servicios regulares en las líneas interinsulares y la vecina costa africana.

Los cinco restantes recibieron los nombres de “León y Castillo”, “Viera y Clavijo”, “Lanzarote”, “Fuerteventura” y “Gomera-Hierro” y todos ellos fueron construidos, asimismo, en astilleros británicos. 

Como ya conocen nuestros lectores, este buque es contemporáneo del tristemente célebre “Titanic”. En 1930, la citada compañía se fusionó con Compañía Trasmediterránea y ésta absorbió  a los correíllos, sus tripulaciones y el personal de tierra, así como sus instalaciones portuarias. 

En marzo de 1986, siendo José Segura Clavell presidente del Cabildo Insular de Tenerife y después de una inspección de Pedro Anatael Meneses Roqué, entonces director gerente de NUVASA, el vapor “La Palma” llegó a Santa Cruz de Tenerife tras la estela del remolcador “Tamarán” desde la capital grancanaria, donde se encontraba amarrado desde hacía una década. Lo cual propició una polémica con el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan Rodríguez Doreste.

Desde entonces han transcurrido 37 años en los que una serie de vicisitudes han alargado el proceso de restauración. La novedad más reciente es que se trabaja en la instalación del puente de gobierno, razón por la cual se encuentra temporalmente atracado en el dique del Este del puerto tinerfeño. En todo caso, no parece que su final museístico esté cercano.

De 894 toneladas brutas, 514 toneladas netas, 523 toneladas de peso muerto y 1.480 toneladas de desplazamiento máximo, mide 67,10 m de eslora total, 9,16 m de manga, 5,95 m de puntal y 3,69 m de calado máximo. Estaba propulsado por una máquina alternativa de triple expansión, de 965 caballos de potencia, que tomaba vapor de dos calderas escocesas y mantenía una velocidad de 12 nudos con buen tiempo.

Este buque pertenecía a la matrícula naval de Santa Cruz de La Palma y en su última etapa disponía de acomodación para 266 pasajeros. Tiene un historial marinero muy denso y representa de manera genuina a toda una época de la historia de la navegación en Canarias. 

Foto: Juan Carlos Díaz Lorenzo

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1 Comentario

  1. Juan Cárdenas
    13 abril, 2023 at 10:42 pm — Responder

    Enhorabuena para todos aquellos que se han ocupado y esforzado, para que nuevas generaciones puedan disfrutar y conocer un buque como este y su historia..

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