La agencia rusa Interfax ha informado que del primer examen de una de las “cajas negras” del avión Tupolev Tu-154 de la Fuerza Aérea de Rusia que se estrelló el día de Navidad en aguas del mar Negro, se apunta a un fallo humano como causa más probable del suceso. Se hace mención a un posible fallo de flaps y otros expertos también señalan la misma causa, lo cual contradice la versión inicial que destacaba la larga experiencia del comandante de la aeronave y otras hipótesis, entre ellas la de un posible atentado.
Se ha sabido que hay un testigo, guarda de fronteras ruso, que dice haber visto la caída del avión en una maniobra extraña cuando “volaba a poca velocidad con el morro elevado” y comparó la posición que llevaba “con la de una motocicleta elevada sobre las ruedas traseras”. Con el avión en pérdida, tocó el agua con la parte trasera del fuselaje, momento en el que se partió y se hundió rápidamente. No hubo supervivientes entre los 92 ocupantes.
El fuselaje del avión ha sido localizado a 1,7 kilómetros de la costa y en una profundidad de 27 metros. Un operativo importante, compuesto por unas 3.500 personas y numerosos medios técnicos aeronavales, participan en el rescate de los cadáveres, de los que hasta el momento se han recuperado once cuerpos y fragmentos de la aeronave.
Foto: Antonio DJ_50