El salón “Corsario” era el rincón más bonito que existía a bordo del ferry “Murillo”, uno de los mejores barcos que ha tenido Trasmediterránea en los últimos 20 años. Proyectada y realizada por Oliver Design, recrea una taberna de puerto forrada en madera. La barra del bar semeja la proa de un navío, presidida por un mascarón de una sirena, que tuvo que ser desmontada y guardada en un pañol cuando el buque estuvo haciendo la línea de Tánger Med.
Ideal para tomar una copa, leer, charlar y conectarse a internet, a bordo se ofrecía wi-fi gratuita a los pasajeros. Allí compartimos buenos ratos con excelentes camareros de Trasmediterránea, entre ellos Juan José Blanco Morales “Bicicleta”, una de las caras amables y profesionales que ha tenido la compañía. En el tiempo en que cubrió la línea Cádiz-Canarias –capitanes Xisco Luna y Borja Badiola– fue uno de los barcos más interesantes y atractivos, que se asemejaba mucho al ferry “Juan J. Sister” aunque no tuviera piscina.
Foto: Juan Carlos Díaz Lorenzo