El distribuidor “El Pulpo” (1961)

En 1961 finalizaron las obras de construcción del distribuidor conocido popularmente como “El Pulpo”, una red viaria de ocho kilómetros de longitud que une el este, el sur y el oeste de la ciudad de Caracas. Está formado por estructuras elevadas y terraplenes, que permiten el tránsito a una velocidad de 80 km/h desde el centro de la ciudad a través de la Avenida Bolívar hasta los barrios suburbanos de El Valle y Petare.
Promovida en tiempos de la presidencia de Marcos Pérez Jiménez con un coste de 45 millones de bolívares y adjudicado por el gobierno del contralmirante Wolfgang Larrazábal, las obras comenzaron en septiembre de 1958 a cargo de la empresa VOLCA C.A., pero durante el desarrollo de los trabajos surgieron diversas dificultades para encauzar los ríos Guaire y El Valle que convergen sobre los estribos de la estructura, por lo que fueron contratadas otras tres empresas.
Diseñado por el arquitecto Marcos Rafael Guerra Montes de Oca, construido en hormigón armado e inaugurado durante el mandato de Rómulo Betancourt con un coste final superior a 100 millones de bolívares, se trata de una de las infraestructuras viarias más importantes de Caracas, que lleva más de sesenta años en servicio. Ha sido remozado en varias ocasiones y permite la interconexión entre las autopistas Francisco Fajardo (este-oeste) y la autopista Valle-Coche (El Valle).
Pertenece al municipio Libertador y en las proximidades se encuentran el Estadio Olímpico y el Estado Universitario de la Universidad Central de Venezuela y la Ciudad Universitaria de Caracas, que es patrimonio mundial de la UNESCO desde 2000. En los alrededores se encuentran la Plaza Venezuela, la urbanización San Antonio, Ciudad Banesco, Bello Monte y Colinas de Bello Monte y la sede de la Universidad Bolivariana de Venezuela.
El Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano pondera esta obra de ingeniería de la que destaca “las grandes estructuras, como El Pulpo y La Araña, poseen un gran vigor plástico y espacial, constituyendo imágenes urbanas dotadas de validez propia. Los pórticos gigantescos, las columnas y las estructuras superpuestas de los distribuidores de las autopistas, representan una demostración de validez estética y un reto para los arquitectos del país”.
Fotos: Venezuela Inmortal, Fundaayc.com e internet
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