El descuento de residente “es una trampa” vía impuestos

En un artículo publicado en su blog, titulado «Contra el descuento por residente», el analista José Hernández Cabrera considera que el apoyo de los nacionalistas canarios a los presupuestos del Gobierno para 2018 “ha sido pagado a tocateja: nuevos privilegios para los residentes que viajen en avión y barco”. Por un lado está el descuento entre islas, que ha pasado del 50% al 75% y el descuento con la península, en el mismo porcentaje y en este caso, además, se blinda mediante su inclusión legislativa en el Régimen Económico y Fiscal.
En su opinión, se trata de “dos nuevas trampas que se presentan como conquistas sociales de los canarios” y que se convierten en “pseudoderechos que deberán ser pagados mediante más impuestos o recortes equivalentes en otras partidas presupuestarias. Lamento aguarles la fiesta, una vez más, pero es preciso poner de relieve, como decía Bastiat, lo que no se ve”.
Si el descuento pasa del 50% al 75% “el precio final del billete, de momento, no varía. El viajero paga la mitad de lo que antes pagaba y los no-residentes (y canarios que no viajan) pagan con sus impuestos un 50% más. Pero si el precio que paga el viajero se reduce a la mitad habrá mayor demanda de plazas, sin que la oferta haya cambiado”, asevera.
Hernández Cabrera advierte que “este desajuste entre oferta y demanda puede generar tres efectos: a) subida de precios. Las compañías aéreas obtendrán beneficios extraordinarios, los consumidores protestarán y los políticos impondrán precios máximos. b) Si el precio no aumenta o se fijan precios máximos habrá escasez y se formarán listas de espera para viajar (plazas agotadas). Los favores personales (mangas) empezarán a funcionar como ya sucede, por ejemplo, en la sanidad pública. c) Las compañías (Air Europa) transferirán aviones y tripulaciones hacia Canarias, donde la rentabilidad es mayor; esto último reduce la oferta e incrementa los precios en otros trayectos; por ejemplo, en los vuelos dentro de la península. Los peninsulares no sólo pagarán impuestos para que los canarios viajemos más barato, sino que verán incrementadas las tarifas de sus vuelos domésticos”.
El analista, cuyo visor crítico es ampliamente conocido, agrega que “ante semejantes abusos, no extraña que algunos peninsulares pongan el grito en el cielo” y recuerda la salida de tono de Pedro Muñoz, alcalde de Toreno (León), que en 2012 dijo que “estamos manteniendo una insularidad, unos derechos adquiridos que tienen, que muchas veces dan ganas de que a los canarios se los lleve el moro. O de vender La Gomera o El Hierro a los alemanes y así evitamos el déficit”. Al respecto, Hernández Cabrera advierte que “este hombre se escandaliza porque es un ignorante, a estas alturas ya debería saber que la política es una merienda de negros donde todos quieren vivir a expensas de todos”.
Hernández Cabrera considera que “los derechos al descuento son falsos, espurios, pues nadie tiene el deber de pagar a otra persona absolutamente nada: transporte, sanidad, educación, justicia, seguridad, etc. Y lo repito: nada es nada. Todo descuento sufragado fiscalmente es injusto y sobre esta injusticia se construye todo el Estado de bienestar. Sólo los descuentos comerciales, en el ámbito privado, son éticos pues no se financian coactivamente”.
En su artículo, el autor afirma que ganan “a) los políticos nacionalistas que venden la medida como una conquista (al más puro estilo militar). b) las compañías aéreas que incrementan sus beneficios. c) otros sectores vinculados: taxi, restauración, turismo, etc.; que también disfrutan de un aumento de la demanda. d) El viajero frecuente: cuanto más se viaja, más renta es transferida” y matiza que pierden “todos los peninsulares que pagan impuestos. b) los residentes que no viajan o que viajan poco. c) el resto de sectores productivos no vinculados; por ejemplo, si los canarios gastan más en viajar (vuelos, taxi, hotel), ceteris paribus, gastarán menos en otros bienes y los precios de estos últimos bajarán con relación a los primeros”.
Foto: Maaerten Visser