Recién acabada la guerra civil, el crucero auxiliar “Mar Cantábrico” estuvo dos veces en el transcurso de 1939 en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. La primera escala está recogida en la prensa local en el mes de junio –comandante, capitán de fragata Faustino Ruiz González–, en viaje de instrucción con 18 alféreces de navío en viaje de instrucción. La escala tuvo una duración de tres días y volvería en diciembre de ese mismo año.
Como era habitual entonces y lo siguió siendo en los años siguientes del nuevo régimen, la presencia de los buques de la Armada española en el puerto tinerfeño era motivo de agasajo por parte de la sociedad tinerfeña de la época. En el Casino se celebró una fiesta en honor de la oficialidad, lo mismo que en el hotel Taoro de Puerto de la Cruz. En el Círculo Mercantil se celebró un baile organizado por el Círculo de Bellas Artes y la dotación fue agasajada con una excursión a las Cañadas del Teide, ofrecida por el Cabildo Insular.
Los buques “Mar Negro” y “Mar Cantábrico”, propiedad de la Compañía Marítima del Nervión, con sede en Bilbao, tuvieron un protagonismo muy destacado durante la campaña naval de la guerra civil española en ambos bandos. El 18 de julio de 1936, el buque “Mar Cantábrico” se encontraba en el puerto de Valencia, siendo requisado para servir de prisión militar flotante, recibiendo a bordo a los detenidos del buque “Cabo Palos”.
González Echegaray (1977) cita que luego tomó parte en las operaciones de ocupación de Ibiza, actuando como buque insignia; hizo un viaje con tropas de Barcelona a Mahón y armado con un cañón y una ametralladora zarpó de Valencia en viaje a EE.UU. Luego siguió a Veracruz (Méjico), abarloándose al costado del buque “Motomar”, requisado como transporte de guerra republicano, del que transbordó parte del cargamento de material militar que contenía en sus bodegas.
Con el falso nombre de “Adda” cruzó el Atlántico en demanda del puerto de Santander. El 8 de marzo de 1937 fue interceptado por el crucero “Canarias” y como quiera que no obedeció la orden de alto, éste abrió fuego causándole daños de importancia, siendo capturado por una dotación de presa en lo que el citado historiador naval santanderino considera “una de las más valerosas acciones de la contienda”.
Tras el apresamiento, el buque “Mar Cantábrico” arribó a Ferrol, donde se descargó el material militar y se procedió a su reconstrucción como crucero auxiliar, siendo incorporado el 3 de abril de 1937 a la Armada nacional, entrando en servicio activo el 17 de agosto siguiente armado con cuatro piezas de 150 mm. A partir de diciembre de 1938 se convirtió en el buque insignia del almirante-jefe del bloqueo de las fuerzas navales sublevadas.
Concluida la guerra, los buques “Mar Negro” y “Mar Cantábrico” sirvieron en la flota nacional hasta 1940, en que fueron devueltos a su compañía armadora, siendo desarmados y readaptados de nuevo en el astillero Euskalduna donde habían sido construidos para los tráficos comerciales con el sur de EE.UU. Por su extraordinario rendimiento y propulsión diésel, están considerados los buques mercantes militarizados más provechosos y eficientes durante el conflicto.
Bibliografía:
González Echegaray, Rafael (1977). La Marina mercante y el tráfico marítimo en la guerra civil, p. 105. Editorial San Martín, Madrid.
Foto: archivo de Miguel Bravo y Juan Carlos Díaz Lorenzo