El Corazoncillo

El Corazoncillo era un lugar próspero, un llano de cultivos de secano en la zona de mejores viñedos de Las Manchas. Los propietarios principales, que tenían las mayores fincas, eran don Julián “Santacrucero” que procedía de un pueblo del norte de Tenerife y don Demetrio “el Charol” .
Había otros dueños de parcelas más pequeñas, algunos procedentes de Las Breñas, atraídos por la benignidad del suelo de rebozos de los barrancos de Los Cubos y Canal de La Habana y por el clima seco que beneficiaba la producción de higos blancos que se consumían frescos o pasados.
El Corazoncillo estaba situado bajo la zona de Los Pelados, una pendiente de granzón de antiguos volcanes que también se dedicaba a los mismos cultivos. Las Breñitas, al noreste del llano, entre las montañas de Capa de Burro y Rajada, se mantuvo con viñedos cultivados y bodegas hasta la misma erupción de Tajogaite.
Junto con el Llano de don Pablo (también sepultado por el volcán) y Llano del Cercado (desaparecido bajo las lavas del volcán de San Juan de 1949), ocupaban las tres planicies más extensas de la zona. Zonas que siempre fueron utilizadas no solo para viñedos e higuerales, sino para otros cultivos de secano, que son productos para la subsistencia.
Al sur de El Corazoncillo estaba el caserío de El Cantillo, principal núcleo poblacional de Las Manchas, casi desaparecido también por la lava de 1949 que llegó desde Llano del Banco.
En los años 40 y 50 del siglo XX, eran muchos los jornaleros que acudían a ganarse el pan en los viñedos de “El Santacrucero” y “El Charol”. Yuntas de bueyes arreadas por labradores se daban cita desde los claros del día para arar las fincas. Mulos con angarillas transportaban a principios de septiembre las uvas a los lagares de los dueños.
Decenas de compradores de vinos se acercaban a sus bodegas a llevar en garrafones los excelentes vinos, de fama en todo el Valle.
Las autoridades de la época pretendieron construir una escuela en El Corazoncillo que estuviera equidistante de los pagos de Alcalá, Los Campitos y la ermita de Las Manchas. Después de la erupción de 1949 se cambió la ubicación de la misma, al sur de San Nicolás, pero siguió conservando el nombre de Grupo Escolar de El Corazoncillo hasta que el Ayuntamiento de El Paso lo cambió por CEIP Taburiente.
El progreso. La finca de El Charol fue adquirida por nuevos propietarios a finales de siglo y se construyó una urbanización y un equipamiento de placas solares. Al oeste de la Montaña Rajada se edificaron tres apartamentos de lujo, diseñados con arquitectura popular, inaugurados pocos días antes de la erupción de Tajogaite.
Más de la mitad de El Corazoncillo desapareció con las lavas del volcán del 19 de septiembre de 2021. Decenas de viviendas de trabajadores desaparecieron bajo el manto negro que aniquiló ilusiones. Los recuerdos de un llano próspero en épocas de autarquía permanecen unidos a la desesperación de propietarios de las casas, fincas y bodegas que perdieron gran parte de sus esperanzas.

Fotos: Facundo Cabrera
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