A la Naviera Santa Catalina y/o Compañía Gijonesa de Navegación pertenecieron los cuatro “polas”, aunque en origen iban a ser cinco unidades multipropósito proyectadas para 30.800 metros cúbicos de cargas de grano y mineral, así como 104 TEU y troncos de madera, equipados con medios propios de carga y/o descarga. Formaban parte del plan de nuevas construcciones y expansión de la citada naviera asturiana, una de las más importantes y representativas de la Marina Mercante española del último tercio del siglo XX.
Los cuatro “polas” de la matrícula naval de Gijón recibieron los nombres de “Pola de Siero”, “Pola de Lena”, “Pola de Allande” y “Pola de Laviana”.
La Pola de Siero es una villa y parroquia del concejo asturiano de Siero, en la que viven más de doce mil habitantes, según el censo de 2020. Merced al Fuero de Benavente, el enclave recibió su Carta Puebla en el reinado de Alfonso X el Sabio. Es un importante centro de actividad ganadera y comercial, en una comarca del mejor carbonífero asturiano, llagares, etapa del Camino de Santiago, despensa ecológica y palacios rurales que confirman un urbanismo campestre muy atractivo.
Los dos primeros “polas” de la Naviera Santa Catalina fueron construidos en el astillero de la Empresa Nacional Bazán en San Fernando (Cádiz) y los dos siguientes en el astillero de la S.A. Juliana Constructora Gijonesa.
El primero de los cuatro “polas” recibió el nombre de “Pola de Siero” y tomó forma en el astillero de la Empresa Nacional Bazán en San Fernando (Cádiz), de cuya factoría era la construcción número 187. Puesta la quilla el 13 de diciembre de 1974, el 12 de julio de 1975 se procedió a su botadura y el 26 de mayo de 1976 realizó las pruebas de mar en la milla medida entre Rota y Chipiona, en las que alcanzó una velocidad de 16,9 nudos.
A su entrega a su compañía armadora e inscrito en la matrícula naval de Gijón, se trataba del mayor buque construido en el citado astillero gaditano. El día de su entrega firmaron el acta el ingeniero naval director del astillero, Antonio Villanueva y el director de la compañía armadora, Carlos Tristán.
El buque “Pola de Siero” formaba parte de un quinteto –el quinto y último, construido también por encargo Naviera Santa Catalina iba a llamarse “Pola de Somiedo”, pero fue vendido en construcción a Magín Ferrer Travé y entregado en febrero de 1978 con el nombre de “Fer Jamaica”– y estuvieron dedicados a fletes de grano y minerales entre ambos lados del Atlántico.
Intervenidos por el BCI, en 1989 el buque “Pola de Siero” se vendió a la compañía griega Sealoyal Marine Ltd., siendo abanderado en Chipre con el nuevo nombre de “Van Gogh” y al menos de una ocasión lo vimos descargando grano en el puerto de Santa Cruz de Tenerife.
En 1990 se revendió a la compañía china Hainan Marine Shipping Co., en la que ostentó sucesivamente los nombres de “Ya Long Wan”, “Gui Lin Yang” y “Zhong Yang 18”, siempre con bandera de la República Popular China. En junio de 2012, el Lloyd´s Register ponía su existencia en duda, sin que tengamos constancia de su final.
Como los cinco de la serie, era un barco bien proporcionado, de 9.786 toneladas brutas, 15.254 toneladas de peso muerto y 20.600 toneladas de desplazamiento, siendo sus principales dimensiones 143,87 m de eslora total –133 m de eslora entre perpendiculares–, 20,83 m de manga, 12,45 m de puntal y 9,39 m de calado máximo. Estaba propulsado por un motor Bazán-MAN V7V 4054con una potencia de 7.800 caballos sobre un eje, que le permitía mantener una velocidad de 14,5 nudos y una autonomía de 8.300 millas. Código IMO 7392062.
Foto: Brian Fisher (shipspotting.com)
1 comentario
A finales de la década de los 70 y principios de los 80, estos barcos los «Polas», realizaban muchos viajes a los Grandes Lagos, para cargar chatarra en Detroit (Michigan) para puertos Españoles del Golfo de Bizkaia, Detroit (motor town) era la sede de Ford, GM, Chevrolet… y se desguazaba tanto y se creaba tanta viruta de acero de los tornos de las fábricas de esas marcas, (considerada carga peligrosa por los Guarda Costas de Canadá y USA), que había mucha demanda de las industrias siderúrgicas de España, y navieras como Gijonesa de Navegación, Vascongada, Bilbaína, Aznar, Arcasa, Rivadeluna o Naviera Butrón, además de otras compañías no Españolas, hicieron muchos viajes en esa época.