Tras la construcción del buque a vapor “Benisanet”, entregado en 1948, transcurrió una década hasta que Naviera de Exportación Agrícola (NEASA) renovó su flota con buques de propulsión diésel, aprovechando los beneficios de la Ley de Renovación de la Marina Mercante de 1956. Fruto de su estrecha relación con el astillero de La Naval de Sestao –donde habían sido construidos los cuatro primeros– el 5 de junio de 1956 encargó la construcción de dos buques del mismo proyecto destinados a las líneas regulares entre España y el Mediterráneo oriental. Hemos de recordar que en el accionariado de esta sociedad, fundada en 1942, participaban mayoritariamente Naviera Aznar y la Compañía Marítima Frutera de la familia gaditana Martínez de Pinillos.
El 6 de junio de 1957 se procedió a la puesta de quilla de la construcción número 82, cuyo casco tomó forma en apenas tres meses y el 26 de septiembre resbaló por la grada con el nombre de “Beniel” y el ceremonial acostumbrado. Entregado el 11 de noviembre de 1958 e incorporado a la línea para la que había sido construido, se trataba de un buque tipo shelter abierto, proa lanzada y popa de crucero, castillo y superestructura central, con acomodación para 12 pasajeros y 33 tripulantes. La capacidad total de carga en las tres bodegas –dos situadas a proa de la superestructura– era de 8.908 metros cúbicos, asistidas por once plumas de carga, diez de cinco toneladas y una de 25 toneladas.
Entre finales de 1959 y parte de 1960 sirvió de plató en el rodaje de la película “María, matrícula de Bilbao”, dirigida por Ladislao Vajda. Estrenada el 17 de noviembre de aquel año y protagonizada en sus principales papeles por Alberto Closas, Nadia Gray, Charles Vanel, Arturo Fernández, Javier Asín, Antonio Ferrandis, Miguel Gila, Félix Acaso, Enrique Ávila y José Rubio, el guión escrito por Luis de Diego, José María Sánchez Silva y el propio Ladislao Vadja, transcurre en el entorno portuario de Bilbao de los años cincuenta. Para que la tradición familiar marinera no se rompa, «El viejo», un anciano lobo de mar, obliga a su nieto Luiso a seguir el oficio de sus antepasados como patrón de pesca del buque “María”. La película tuvo un éxito relativo, aunque bastante alejado de otras producciones de corte similar de aquella época.
Proyectados para las líneas del Mediterráneo oriental donde obtuvieron un rendimiento aceptable, los buques “Beniel” y “Benizar” fueron fletados en el transcurso de 1967 a Compañía Trasatlántica Española. Ejecutada la opción de compra y renombrados “Ruiseñada” y “Comillas”, de la matrícula naval de Bilbao pasaron a la de Barcelona siendo incorporados a las líneas del Cantábrico-Caribe-Golfo de México. Sin embargo, pronto acusaron sus deficiencias en las necesidades del tráfico trasatlántico, aunque, como decía el consejero delegado José María Ramón de San Pedro, “con estos bueyes tenemos que arar”.
En 1978, cuando Trasatlántica había consolidado las líneas del Caribe con los cuatro excelentes buques de la serie “Galeona”, el buque “Ruiseñada” se vendió a la compañía italiana Ignazio Messina Cía. S.p.A, y se renombró “Federicaemme”. Dos años después pasó a la contraseña de la naviera griega Ikan Marine Co., siendo renombrado “Ikan”, nombre con el que acabó su vida marinera en noviembre de 1984, fecha en la que comenzó su desguace en Aliaga (Turquía).
De 3.234 toneladas brutas y 5.135 toneladas de peso muerto, medía 113,10 m de eslora –103 m de eslora entre perpendiculares–, 15,80 m de manga y 9,40 m de puntal. Estaba propulsado por un motor Burmeister & Wain 562-VTBF-115, de 4.100 caballos de potencia sobre un eje, que le permitía mantener una velocidad de 13,5 nudos con buen tiempo, aunque en pruebas de mar alcanzó 16,3 nudos. Código IMO 5041097.



Fotos: archivo de Laureano García Fuentes y Galilea (MMB)
1 comentario
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