En otro tiempo, cuando la exportación frutera desde Canarias se hacía con otros métodos y en otros barcos, el puerto de Santa Cruz de Tenerife, como los de La Luz y Las Palmas y Santa Cruz de La Palma era durante la zafra un hervidero de camiones que descargan la preciada mercancía que demandaba el mercado europeo, conocedor de las excelencias de los productos del archipiélago canario.
Miguel Bravo, buen amigo de días felices, nos envía esta foto del buque frutero “Bonnard”, atracado en 1965 en el muelle de ribera del puerto tinerfeño, en plena faena de los estibadores portuarios cargando los cestos de tomates. Por su popa aparece la popa de la motonave “Ciudad de Cádiz” o “Ernesto Anastasio”, que cubrían la línea Barcelona-Cádiz-Canarias.
El buque “Bonnard”, propiedad de Fred. Olsen & Co., con sede en Oslo, protagonista indiscutible del último siglo de los puertos canarios, compartía singladuras con los históricos “Bruno” y “Bencomo”, construidos especialmente para la línea de Canarias; “Bañaderos” y “Bajamar” -actual “Contramaestre Casado” de la Armada Española- y los ferries “Black Watch” y “Black Prince”, que fueron todo un referente para el transporte frutero de carga paletizada durante dos décadas.
Construido en el astillero Oresundsvarvet, en Landskrona (Suecia), entró en servicio en noviembre de 1958 y tenía dos gemelos llamados “Braque” y “Botticelli”. Era un buque de 3.640 toneladas brutas y 4.025 toneladas de peso muerto, en un casco de 104,64 m de eslora total y 14,94 m de manga y estaba propulsado por un motor de ocho cilindros y dotado de dos puntales y tres grúas hidráulicas para las operaciones de carga y/o descarga. Código IMO 5048100.
En 1973 el buque se vendió a la sociedad chipriota Frumar Navigation Co., que lo mantuvo navegando con el mismo nombre y en 1975 se revendió a la sociedad Yick Fung Shipping & Ent. Co. Ltd., de Hong Kong y recibió el nuevo nombre de “Bei Shan”. En octubre de 1985 rindió su última singladura para el desguace, siendo desmantelado en Hirao.
Foto: Colección Holzer / Archivo Miguel Bravo