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El buque aljibe A-6 y las sequías de Lanzarote y Fuerteventura

Hubo años, unos cuantos a decir verdad, en que la aportación de la Armada hizo posible el suministro de agua potable a las islas orientales de Canarias en tiempos de prolongadas sequías. Ya nos hemos referido en alguna ocasión a este tema en puentedemando.com. Ponemos el acento, ahora, en los viajes que hicieron los buques aljibe destinados en la Zona Marítima de Canarias, entre otros el buque aljibe A-6, luego AA-06 y A-61 “Contramaestre Castelló”, que fue el último barco militar español que conocimos propulsado por máquina alternativa de triple expansión.  

El suministro de agua potable en Lanzarote y Fuerteventura era un problema de Estado y la Armada aportó siempre las mejores soluciones con los medios de que disponía. La sequía provocaba miseria y emigración hacia otras islas. Si hoy el desarrollo turístico de ambas islas es posible, se debe a que hay agua, entre otras razones de peso. En el caso de Lanzarote, la primera planta desaladora inició su cometido en 1964. Adquirida por los hermanos Díaz Rijo, era una instalación dual, es decir, desalaba 2.300 metros cúbicos de agua y producía 1.500 kW de electricidad. Se trataba de una planta de origen estadounidense, que había funcionado en Guantánamo (Cuba), aunque no sería capaz de atender a la creciente demanda, como destaca el investigador Alejandro González Morales.

Por aquella época, el almirante-jefe de la Zona Marítima de Canarias, Luis Lallemand Menacho, aportó soluciones eficaces para garantizar el suministro de agua potable a las islas orientales del archipiélago, incluida La Graciosa, situación que se mantuvo hasta comienzos de la década de los años sesenta. En Fuerteventura se le recuerda con una calle en Puerto del Rosario, a modo de gratitud.

Antes de los buques aljibes de la Armada, los correíllos de la Compañía de Vapores Correos Interinsulares Canarios y después de Compañía Trasmediterránea, fueron los encargados de llevar agua potable en sus tanques, que luego era bombeada a bidones y barricas y transportada a lomos de camellos y bestias, como recuerda José I. Jiménez, en su artículo titulado “El gran esfuerzo de la Armada contra la sequía en Canarias” (ABC, 18 de junio de 2019).

En el caso de Fuerteventura, como señala el historiador Javier Cerdeña Armas, la Armada mantuvo un operativo durante diez años para suministrar el agua potable que gestionaba y pagaba el Ayuntamiento de Puerto del Rosario (que así se llama Puerto de Cabras desde 1956 ) y que se conoció como “Operación de Aguada a la población de Puerto del Rosario”.

En el operativo intervinieron las barcazas de desembarco K-5 y K-6, encargadas de transportar carbón hasta Puerto del Rosario, remolcadores para apoyo en las maniobras y los buques aljibe A-2, A-4 y A-6. El agua se transportaba en las cubas civiles y militares del Regimiento de Infantería Fuerteventura hasta los depósitos, uno de los cuales, llamado El Filtro, redistribuía a los carreteros y cubas para el reparto por los pueblos.

Por lo que se refiere al buque aljibe A-6, al que vemos en la imagen fondeado en La Graciosa, tomó forma en el astillero de la Empresa Nacional Bazán en San Fernando y, pese a tratarse de un barco sencillo, transcurrieron más de cinco años para su construcción, debido a las dificultades de suministro de materiales y electricidad que precisaba la industria naval.

Autorizado en febrero de 1945, el 28 de noviembre de 1946 se procedió a la puesta de quilla en tiempos del Consejo Ordenador de Construcciones Navales Militares y el 28 de marzo de 1951 resbaló por la grada. El 30 de enero de 1952 causó alta en la Lista Oficial de Buques y se trataba de una versión mejorada de los anteriores buques aljibe.

Destinado a la Base Naval de Canarias desde marzo de 1952, en 1967 se realizó una modernización en la que las calderas fueron modificadas para el consumo de fuel en lugar de carbón y andaba como mucho 9,5 nudos con buen tiempo y también se le instaló un radar Decca comercial.  A velocidad económica de ocho nudos tenía una autonomía de 1.100 millas.

En enero de 1981, cuando daba remolque al pesquero “Cañero” hacia el puerto de Las Palmas de Gran Canaria con la escolta de la corbeta “Atrevida”, se produjo una explosión en la caldera que provocó la muerte de tres miembros de la dotación. En su ayuda acudió el remolcador AR-45, mientras la corbeta se hacía cargo del remolque del pesquero.

Renombrado “Contramaestre Castelló” en enero de 1983, causó baja el 20 de diciembre de 1993 y en abril de 1995 resultó hundido durante las maniobras del ejercicio Sinkex-95 realizadas en aguas del sur de Canarias.

De 1.838 toneladas de desplazamiento máximo, cargaba 1.000 toneladas de agua y medía 64,50 m de eslora total –59,50 m de eslora entre perpendiculares–, 4,72 m de puntal y 4,34 m de calado máximo. Como se cita, estaba propulsado por una máquina alternativa de triple expansión, que tomaba vapor de una caldera cilíndrica de tres hornos y desarrollaba una potencia de 780 caballos sobre un eje.

Alojaba a una dotación de 27 hombres, con la marinería en el rancho de proa y mando de teniente de navío (RNA). Para su autodefensa tenía emplazamientos para dos cañones de 37 mm y otras dos de 20 mm.

Foto: archivo de Juan Carlos Díaz Lorenzo

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2 Comentarios

  1. Miguel ON
    12 septiembre, 2023 at 9:11 pm — Responder

    Estupendo artículo.
    Sólo una corrección : las piezas de 37 mm eran cañones, y no ametralladoras. Saludos,

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