Procedentes de Air France, AVIACO adquirió en el transcurso de la década de los años cincuenta nueve aviones cuatrimotores del modelo Sud-Est SE.161 Languedoc. Los dos primeros llegaron en junio de 1952 y el primero de ellos, nombrado “Apóstol Santiago”, se estrenó el día 19 del citado mes en la línea Madrid-Barcelona, que luego se extendería a hasta París y Marsella.
En 1953 llegó el tercero y en 1955 el cuarto. El resto serían incorporados en la segunda mitad de la década, lo que permitiría ampliar la red de servicios a Argelia, Bata (Guinea española), Gran Canaria –donde le vemos aparcado en la plataforma frente al desaparecido edificio de la primera terminal, lamentablemente demolida, junto a un camión cisterna de CEPSA Aviación procedente del surplus de guerra–, Tenerife, Santiago de Compostela, Vigo y Bilbao, ciudad donde en 1948 se había fundado Aviación y Comercio (AVIACO).
Era un avión bonito aunque una fuente de frecuentes problemas con el tren de aterrizaje y carecía de sistema anti-hielo. En sus orígenes estaban propulsados por cuatro motores de pistón Gnôme Rhône, que serían sustituidos por motores Pratt & Whitney R.1830 de 1.200 caballos cada uno, considerados más fiables.
Durante su etapa en AVIACO se produjeron dos accidente de este avión colonial. El primero ocurrió en 1956 durante la aproximación al aeropuerto de Los Rodeos, en que resultó destruido en el barrio de Los Baldíos, si bien todos sus ocupantes salvaron la vida y la única fallecida el único fue una mujer que se encontraba en la cocina de su casa cuando se produjo el impacto del avión matrícula EC-AKV. En 1958 se registró el segundo accidente al estrellarse en la sierra de Guadarrama y perecieron todos los ocupantes del avión EC-ANR. La experiencia demostró que no había sido una inversión rentable, por lo que los aviones en servicio causaron baja definitiva en enero de 1960.
El proyecto de estos aviones se derivaba del Bloch 160 y el primer Bloch 161 Languedoc realizó su primer vuelo en 1945, recién finalizada la Segunda Guerra Mundial, estrenándose en 1946 en los servicios coloniales de Air France, compañía que llegó a operar hasta 46 unidades de este modelo. Podía alojar a 33 pasajeros y cinco tripulantes, el techo máximo era de 7.200 m, el alcance de 3.200 kilómetros y mantenía una velocidad de crucero de 375 km/hora.
Foto: vía Alberto Bacallado / Observando la aviación II