En un artículo anterior nos habíamos referido a la exposición de un avión deportivo que se encuentra en la terminal 2 del aeropuerto de Helsinki-Vantaa. Se trata de un aparato alemán Junkers A.50 Junior (OH-ABB), que pertenece a los comienzos de la Aviación en Finlandia. Su propietario fue Väinö (Wäinö) Bremer, una personalidad del deporte nacional, medallista olímpico y, sobre todo, avezado aviador, cuya fama trascendió las fronteras patrias.
Nació el 22 de abril de 1899 en Turku y falleció el 23 de diciembre de 1964 en Kerava. Participó en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1924 en Chamonix, formando parte de un equipo militar en la especialidad de esquí, en los que obtuvo medalla de plata. Bremer sirvió como oficial en la Fuerza Aérea Finlandesa y desde mediados de la década de los años veinte dirigió el equipo de acrobacia aérea, conocido como “el Circo de la Escuadrilla del Emperador”. En los Juegos Olímpicos de 1925 en París obtuvo el noveno puesto en el Plentatlon moderno.
En 1931 voló por toda Europa y en 1932 hizo un viaje entre Helsinki y Ciudad del Cabo y regreso, con diversas escalas. En 1933 se propuso dar la vuelta al mundo, pero las autoridades de la URSS no le dieron permiso para sobrevolar su territorio en la ruta desde Osaka a Alaska a través de Vladivostok. La travesía del Pacífico desde Japón hasta San Francisco tuvo que hacerla en barco, pues el avión no disponía de autonomía suficiente.
Desde allí viajó a la costa este de EE.UU. a través de Canadá y el viaje de cruce del Atlántico de regreso a Europa también lo hizo en barco. De este largo periplo escribió un libro titulado Lentäen yli neljän maanosan (Volando sobre cuatro continentes). Cuando la prensa de la época le preguntó por qué había proyectado un viaje así, contestó: “¡Oh, me gusta viajar y lo hago por el honor de Finlandia!”.
El histórico vuelo se realizó entre el 11 de mayo de 1933 y el 13 de agosto siguiente. En EE.UU., Bremer conoció al laureado Italo Balbo y cuando acabó la singular expedición, Bremer y Finlandia eran mucho más conocidos. Cuando la Guerra de Invierno, Bremer cedió su avión en octubre de 1939 a la Fuerza Aérea de su país y fue empleado en misiones de reconocimiento. En 1950 y 1951 volvió a volar con su aparato convertido en leyenda en el Yorkshire Avion Club International Rally.
Falleció en la víspera de Navidad de 1964, cuando iba a bordo de una avioneta Beechcraft Baron. En la aproximación al aeropuerto de Seutula, en tiempo oscuro y con ayuda instrumental, un ala chocó contra unos árboles y se precipitó contra el suelo, causándole la muerte. El duelo tuvo carácter nacional. El histórico avión está expuesto, pero no hay información acerca de la personalidad de su legendario protagonista.
Fotos: Suomen Ilmailumuseon (Museo de la Aviación de Finlandia) y Juan Carlos Díaz Lorenzo