En noviembre de 1960 AVIACO firmó un acuerdo de banalización con la compañía belga Sabena, que fue el primero de su naturaleza que se hizo en España y permitía la utilización de un avión Douglas DC-6B (OO-CTI), para operar a lo largo de 1961 en la línea Bruselas-Barcelona-Madrid-Tenerife-Gran Canaria. El tramo internacional lo hacía una tripulación belga y el tramo nacional una tripulación española y el avión lucía la librea de AVIACO por el lado derecho y la de Sabena por el izquierdo.
La incorporación del avión Douglas DC-6B coincidió con una etapa difícil en la historia de AVIACO. Unos meses antes, a mediados de junio, la junta general extraordinaria de accionistas había acordado reducir el capital social en un 50%, a consecuencia de las pérdidas que había acumulado y, a continuación, se amplió en 100 millones de pesetas, capital que fue suscrito por Iberia siguiendo las instrucciones del INI y respetando el derecho de suscripción de los accionistas privados de la compañía.
Con esta decisión, Iberia pasó a ser titular de dos tercios del capital social de AVIACO, que quedó establecido entonces en 150 millones de pesetas. El consejo de administración lo formaban cuatro vocales representantes de Iberia, dos vocales de los accionistas privados y otros dos del Instituto Nacional de Industria.
La decisión del INI se justificaba ante la necesidad de complementar de una manera más eficaz sus actividades de transporte aéreo en el ámbito nacional e internacional, representada por Iberia y AVIACO. A partir de este momento, en el que el INI dejó de tener la mayoría en el capital social de AVIACO, la compañía dejó de ser empresa pública, situación se que prolongaría hasta 1973, año en el que el INI recuperó la mayoría de las acciones.
Bibliografía:
Díaz Lorenzo, Juan Carlos (2001). «Crónica de la aviación en Canarias», tomo I de Las Alas del Atlántico. Iberia y Binter, Madrid.
Viniegra Velasco, Juan (1996). Aquella Iberia que hemos vivido. Cronología de seis décadas. Iberia, Madrid.
Foto: archivo de Miguel Bravo