Dudas en torno a la “compra-venta” del 42,5% de Balearia

El editor del blog de reciente creación Balearferry.com –que pone de manifiesto, una vez más, el dominio que tiene de los asuntos internos relacionados con Balearia, lo cual nos hace suponer que su promotor tiene o tuvo en el pasado vínculos cercanos con esta naviera– centra el foco de atención en la noticia divulgada el pasado 20 de octubre por la propia compañía, en la que afirma que Adolfo Utor había tomado el control del 100% de las acciones de la sociedad Balearia Eurolíneas Marítimas.
Entonces se dio por hecho de que se había producido una operación de compra-venta del 42,5% de las acciones en manos del Grupo Matutes, aunque en la nota de prensa en ningún momento se hizo mención a los términos “compra” o “venta”; tampoco se habla de la fecha de la operación ni de la cuantía, aunque este último aspecto, por lo general y en este tipo de operaciones, es raro que se haga mención datos concretos. Se habla de “desinversión” del Grupo Matutes, quien sabe si acuciado por algunos problemas que le rodean y de “adquisición” por Adolfo Utor, que ha debido disponer de un buen dinero para la operación, si es como se ha difundido.
Donde el editor de Balearferry.com pone el acento es en que 17 días después de la publicación de la nota de prensa de Balearia, en el Registro Mercantil no aparece publicado cambio alguno en la composición del consejo de administración de la sociedad Balearia Eurolíneas Marítimas, en el que sigue figurando Abel Matutes Juan, Juan Lladó Oliver y otros nombres de ejecutivos del Grupo Matutes. Bien es verdad que en este caso las cosas de palacio van despacio e igual necesitan más tiempo para que el Registro Mercantil anote la nueva realidad de la composición del consejo de Balearia.
Cuando UMAFISA –sociedad naviera que no se distinguió precisamente por tener unos barcos punteros, sino más bien obsoletos, en el último ciclo de su vida–, entró en Balearia, se quedó con el 42,5% de las acciones de la compañía que había conseguido doblegar a la Trasmediterránea de Acciona, de la que Matutes también formaba parte del accionariado cuando la privatización. Hubo sus más y sus menos y en un ejercicio de miopía estratégica por parte de los gestores de Acciona que no sabían mucho del negocio marítimo, el primero secundó con su poderío económico y su cuota de mercado a Adolfo Utor, fortaleciendo el crecimiento de Balearia y favoreciendo al mismo tiempo el declive de Trasmediterránea.
Si por lo publicado en el Registro Mercantil el valor de Balearia está en unos 300 millones de euros, el 42,5% de las acciones del Grupo Matutes vienen siendo unos 127,5 millones de euros. Que Adolfo Utor tenga o no ese dinero en su cuenta, no es cuestión que le interese a nadie; que haya negociado financiación para esa operación o una pignoración –término bastante utilizado en el ámbito de la operativa bancaria– de las acciones del Grupo Matutes, eso es otra cosa y entra en lo más probable, como apuntan fuentes conocedoras de la unión de intereses Utor-Matutes.
Una unión exitosa de dos personajes antagónicos, pero negocios son negocios y después de 17 años de una «fluida, enriquecedora y fructífera relación, basada en la mutua confianza, y con unos resultados de los que se sienten orgullosos y satisfechos, al contribuir con su participación a la consolidación de una naviera líder en España y referente internacional en sostenibilidad y digitalización”, según dice la nota de prensa, han decidido poner fin a su relación contractual. Si es que ello realmente ha sido así, pues la duda sigue en el ambiente y como la nube del volcán de La Palma, no se ha disipado. Ya se sabe que donde hubo siempre queda.
Foto: Balearia
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