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Del lenguaje propio del mundo de la mar y los marinos / 2

Hablando de la jerga marinera de la que hace unos días comentamos algunos términos, hoy comenzaremos por citar una pieza cuyo nombre que, aparte de los buques escuela a vela (tampoco en todos) solo la vamos a encontrar en crucigramas de difícil solución como es la de “propao”, especie de “tótem” con varias roldanas por el que deben pasar los distintos cabos de maniobra del velamen de un mástil.

Otras expresiones son más comunes pero específicas igualmente de la jerga marinera, como cuando se dice de navegar “a la capa”, que no es precisamente hacer la guardia con semejante prenda, o que “atracar” un barco no es robarle a punta de pistola, es sencillamente “aparcarlo” a un muelle. Además, cuando lo “atracamos”, a la hora de hacerlo firme a un noray, lo hacemos con “cabos” o “estachas”, nunca jamás con “cuerdas”, que en este sentido también cabe recordar un viejo dicho marinero que afirma rotundamente que a bordo de un buque, la única cuerda que existe es la del reloj.

A la punta de una estacha también le ponemos nombre, en este caso “chicote” y si se le da una vuelta sobre sí mismo, lo que tenemos es un “seno”, que no tiene nada que ver con los de una mujer, que seguro alguno ya lo estaba relacionando. Igualmente si en el extremo de la estacha hay una “gaza” no quiere decir que en el otro esté Cisjordania, les aseguro que no tiene relación alguna.

Para dejarlo más claro aún, si lo que queremos es amarrar un objeto que se encuentra ya a bordo y hacerlo firme, lo que hacemos es “trincarlo”, pero si la mar se estima que se va a poner brava en breve, habría que reforzar ese trincado, o sea, “trincarlo a son de mar”, y claro, como la propia expresión indica, lo hacemos con “trincas”.

Luego hay palabras que aunque suenen parecido, nada tienen que ver entre sí, como es el caso por ejemplo de “cuaderna” y “cuadernal”…

Otra palabra extraña que sí sale en los crucigramas blancos y es difícil acertar es “alefriz”, nombre que recibe el rebaje que se le aplica a una pieza de madera (en esta imagen a la roda), para que se alojen dentro las tracas del forro, dándole así mayor rigidez al casco.

Los cubos nunca se van a llamar así, a bordo van a ser “baldes” y cuando se limpia con agua y jabón la cubierta, aunque se haga con mangueras no se riega, sino que se “baldea”.

Para terminar, como en la mar no hay árboles, pero eso no quiere decir que no nos gusten, al conjunto de “palos”, “vergas” y “velas´” de un barco le llamamos “arboladura” y cuando la mar, que tiene diferentes estados anímicos (llana, rizada, marejadilla, marejada, fuerte marejada, gruesa… y “muy gruesa”), antes de llegar a ser “montañosa” decimos que está “arbolada”.

De «cuadernas» y «cuadernal»
«Alefriz» en la roda
Roldanas del «propao»
A bordo no hay más cuerda que la del reloj

Fotos: archivo y autoría de Diego Quevedo Carmona

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6 Comentarios

  1. Eduardo
    28 marzo, 2022 at 7:33 pm — Responder

    En mis tiempos de marino, tenía entendido que en un barco solo había dos cuerdas, la del reloj y la de la campana.

  2. Haydeé Juana
    28 marzo, 2022 at 10:56 pm — Responder

    Una interesante recopilación.
    Cuabto aprendí hoy del lenguaje marino… No cabe duda que cada organización y grupo humano se las ingenia para comunicarse ya su paso crea o recrea el lenguaje. Entenderlos implica al menos conocer estos alcances tan didácticos y claramnte explicados.
    Gracias

  3. Javier Irigoyen
    29 marzo, 2022 at 11:07 am — Responder

    Propiamente.»no hay más cuerda que la del reloj del capitán «

  4. Antonio
    29 marzo, 2022 at 2:02 pm — Responder

    Cierto dos son las cuerdas . Campana y relog.

  5. José Hernández
    3 abril, 2022 at 7:57 pm — Responder

    Hice la mili en el 87, en la armada española, y lo único que lamento es no poder hacerlo en elcano, y mira que lo pedí. Espero en mi otra vida poder hacerlo y disfrutar de esa experiencia. Soplen serenas las olas, ruge amenaza la ola.

  6. José O.Guillén
    6 abril, 2022 at 9:24 am — Responder

    Soy José Guillén.Serví en la marina, en el reemplazo octubre 1967, haciendo el periodo de instrucción en Cádiz. Pasamos al Arsenal de Las Palmas y a los 15 días estábamos 90 marinos en GUINEA,en Sta. ISABEL. DESTINO EN EL «»PIZARRO»»en la oficina de la comandancia, a bordo.
    Participé en todo el periodo de la independencia, hasta el último día, que zarpamos rumbo a Las Palmas. Nos averiados y nos remolcó El Canarias.
    Estaban:El Canarias, los transportes Castilla y Aragon , y 5 destructores, todo para liberar a los españoles que estaban retenidos por Macias Ngema.
    Historia preciosa de mi servicio militar. Me encantaría revivirla.

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