Ha llamado la atención la curiosa propuesta del vicepresidente y consejero de Obras Públicas y Transportes del Gobierno de Canarias, Pablo Rodríguez, al anunciar la intención de favorecer la conexión de las dos capitales canarias con embarcaciones de vuelo rasante (NVR), un proyecto en el que, según dice, su departamento viene trabajando desde 2017. En febrero pasado se inició el trámite ante la Dirección General de la Marina Mercante para la aprobación de la norma legal que regule la actividad de este tipo de embarcaciones.
Medios profesionales consultados dudan de la viabilidad de este tipo de embarcaciones en Canarias, conocidos como ekranoplanos, una tecnología que tiene origen militar en la URSS durante la guerra fría. Los más conocidos son los proyectos denominados Lun, KM, Beriev VV14, Orlyonok y Spasatel. Entre las noticias más recientes figura el fabricante ruso Beriev, que sueña con el modelo Be-2500 y Boeing, que pretende con su proyecto Pelican construir el mayor transporte del mundo con fines militares. China e Irán han mostrado su interés en este tipo de aparatos y lo más reciente es el ekranoplano ruso Tungus, cuyo desarrollo permitiría una capacidad máxima para 70 pasajeros.
En la actualidad, el transporte marítimo entre las dos capitales canarias ha alcanzado un nivel de excelencia que lo sitúa entre los primeros de Europa y, al mismo tiempo, existe una fuerte competencia en el transporte aéreo entre Tenerife y Gran Canaria, en el que operan tres aerolíneas. Las embarcaciones de alta velocidad tanto de Naviera Armas como Fred. Olsen Express han tomado el relevo a la etapa del jet-foil, que estuvo activo casi 25 años.
No parece viable que pueda tener éxito un nuevo operador con un aparato desconocido en estas latitudes. Dirigentes de Nueva Canarias y PSOE consideran “una ocurrencia” del citado político su propuesta en campaña electoral, mientras que en las redes sociales circulan comentarios para todos los gustos.
Foto: cedida