Durante el día 27 de marzo de 1984, el buque “Urlea” estuvo cargando madera en el puerto de Corme (A Coruña). A eso de las últimas horas de la tarde una vez trincada la cubertada y puesto el buque a son de mar, inició la singladura con destino al puerto marroquí de Agadir. El tiempo era fresco del tercer cuadrante (SW), que durante todo el día estuvo soplando, el buque navegaba con normalidad, según me explicaron los tripulantes que tuve el gusto de navegar con ellos.
Sobre la medianoche, cuando navegaban a la altura del Cabo de La Nave, próximo a Cabo Finisterre, tres grandes golpes de mar seguidos hicieron que el buque escorase a babor, causando por el corrimiento de la carga que llevaba en cubierta. Así se mantuvo no recuperando la posición normal, después de todos los esfuerzos realizados por la tripulación por revertir la situación y al ver que no se recuperaba de la escora, lanzan una llamada de socorro comunicando la situación en que se encontraban y la decisión de abandonar el buque. La zozobra parecía inminente, arriaron la balsa salvavidas y fueron embarcando con dificultades, cuando fueron a buscar al segundo maquinista que habían dejado agarrado a una barandilla, se encontraron con su ausencia, pasaron una visual por la zona y llamándole pero éste no respondía, posiblemente un golpe de mar lo llevara o resbalara por la cubierta y se fuera al agua debido a la fuerte escora.
Los buques que navegaban por la zona fueron alertados por la radio costera. Desde la balsa lanzaron bengalas para ser localizados, con el viento fuerte reinante la balsa derivaba muy rápidamente hacia la costa, el buque cántabro “Loredo” que se encontraba próximo puso rumbo hacia la zona de siniestro, cuando localizó la embarcación salvavidas rescató a los siete náufragos dándole todo apoyo, así como ropas, bebidas calientes y todas las comodidades disponibles. El buque que se dirigía al puerto de Leixoes (Portugal), prosiguió viaje donde fueron desembarcados los supervivientes y enviados a sus domicilios. Estos destacaban la profesionalidad de la tripulación del buque cántabro, ya que la balsa se encontraba bastante cerca de la costa, con el riesgo que esto conlleva.
La tripulación estaba compuesta por el patrón Ricardo Saleta Varela, natural de Corme y avecinado en Barcelona; primer oficial Agustín Zubillaga Nieto, vecino de Castro Urdiales; jefe de máquinas Jesús Romar Ameijenda, vecino de Corme; primer maquinista Jerónimo Perles Boronát, vecino de Málaga, que falleció y su cadáver fue encontrado en una playa cerca de Touriñán y a su lado estaba la perra que llevaban abordo llamada Urona; contramaestre Francisco Castiñeira Martínez, vecino de Corme; marineros Francisco Antonio Bernabé, vecino de Barcelona; Francisco Filgueira Orfila, vecino de Mahón y cocinero Lorenzo Hernández Monjo, natural de Mahón y avecinado en Barcelona.
El “Urlea” era una motonave con casco de acero, construido en 1970 en los Astilleros Balenciaga S.A. de Zumaya (Guipúzcoa). Fue el primer buque de la sociedad Naviera Uralar S.A. domiciliada en Bilbao, tenía registro de San Sebastián. En 1972 pasa a la propiedad de la naviera Trans-Balear S.A. y domiciliada en Palma de Mallorca. Revendido en 1980 a la Naviera Náutica Menorquina S.A., domiciliada en Mahón y en julio de 1982 pasa de nuevo a Trans-Balear, S.A. Tenía un registro bruto de 480 toneladas, carga máxima 800 toneladas, eslora 46 metros, manga 8,41 metros y puntal 4,50 metros. Un motor marca Caterpillar de 1.125 c.v. y alcanzaba una velocidad de 12 nudos.
Abordaje en 1977 en Barcelona
El buque “Urlea” operaba en el tráfico regular entre los puerto de Barcelona-Islas Baleares-Valencia con carga general. Sobre las dos y media de la madrugada del lunes 17 de enero de 1977 aboca el puerto de Barcelona, cuando se dirigía al muelle de la Barceloneta, su atraque habitual, estando a la altura del testero del muelle llamado Barcelona, sale del muelle Atarazanas la barcaza LCM 6 del porta-helicópteros “Guam” de la VI Flota norteamericana (anclado en la entrada del puerto), que transportaba más de un centenar de marines que habían pasado unas horas de ocio por la ciudad, encontrándose de súbito con el “Urlea” que navegaba a poca velocidad por estar próximo a su atraque.
La barcaza intentó evitar la embestida pero finalizó empotrada en el costado de babor en la parte del bulbo, causándose el vuelco y todos sus ocupantes acabaron en la fría agua de esa época. De inmediato se puso en marcha la operación de rescate con la participación de los remolcadores de puerto, bomberos, marines de la VI Flota que se trasladaron a la zona del siniestro, ambulancias, Cruz Roja, etc., el fatal resultado fue de 49 marines fallecidos, que pertenecían al porta-helicópteros “Guam” y al buque anfibio “Triton”.
Se abrieron dos sumarios para esclarecer las causas del accidente, uno por las autoridades de la Marina de Estados Unidos y otro por el Sector Naval de Cataluña. El resultado por parte la norteamericana fue de condena al comandante del “Guam” por negligencia y por ambas partes se declara inocente al mando del “Urlea”. Años más tarde fue entregado a la empresa propietaria del “Urlea” un diploma por parte del Consulado de los Estados Unidos de Barcelona, en reconocimiento a los tripulantes por su participación en el rescate de los náufragos.
Fotos: archivo de Ramón García Filgueira
1 comentario
Buen escrito, gracias por la dedicación que le has puesto para que lo podamos leer.
En el abordaje del 77 hablas de dos informes.
Sabes si se pueden consultar??
Tienes alguna foto del Urlea, diferente a la publicada
Gracias