El mundo de la aviación

Cuando el primer avión de Iberia estuvo en Tenerife

Entre los diversos actos que la gran Iberia –aquella compañía extraordinaria que tanto nos enorgullecía dentro y fuera del país– organizó con motivo de su 50º aniversario, figuraba la exposición de una maqueta en madera del avión Rohrbach Ro VIII Roland, que fue el primero que tuvo Iberia tras su fundación en 1927, matriculado M-CBBB. En su tiempo fue un avión muy avanzado considerando su condición estructural y cualidades de vuelo. En julio de 1927 estableció un récord mundial al volar 14 horas y 23 minutos en circuito cerrado, en el que recorrió 2.315 kilómetros.

La maqueta del Rohrbach Ro VIII Roland de Iberia recorrió varios aeropuertos y ciudades españolas y entre ellas Santa Cruz de Tenerife, siendo expuesta en mayo de 1978 delante del Casino principal, coincidiendo con las fiestas de la fundación de la capital. Lamentablemente, dicha maqueta no existe. Cuando Iberia celebró su 75º aniversario –en cuya organización participamos– supimos que había desaparecido.

De los 18 aviones de este modelo y sus variantes fabricados por Rohrbarch Metall-Flugzeugbau –empresa fundada en 1922 por el ingeniero Adolf Rohrbach, que había participado en el diseño de Zeppelin Staaken–, la recién fundada Iberia compró tres unidades procedentes de Lufthansa –lo que pone de manifiesto los vínculos con Alemania– que habían volado en la línea Berlín-Londres con escalas en Hannover y Amsterdam.  El 14 de diciembre de 1927 se estrenó en la línea Madrid-Barcelona y ese mismo día, otro avión realizó el vuelo Barcelona-Madrid.

Medía 16,30 m de longitud, 26,30 m de envergadura y 4,50 m de altura, con una superficie alar de 89 metros cuadrados. El peso en vacío era de 6.615 kilogramos y estaba propulsado por tres motores BMW con una potencia de 235 kW cada uno, que le permitía mantener una velocidad de 225 kilómetros/hora y un alcance de unos 900 kilómetros. Estaba operado por dos pilotos y tenía capacidad para 10 pasajeros sentados en asientos de mimbre, en cuyo dorso llevaba la publicidad de “Bicarbonato Torres Muñoz”.

Foto: archivo de Pedro Santiago Brito García

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