La primera vez que el ilustre estadista británico Winston Churchill visitó Canarias hizo escala en Santa Cruz de La Palma, a donde arribó el 24 de febrero de 1959, a bordo del célebre yate “Christina”, de bandera liberiana y propiedad del magnate griego Aristóteles Onassis. La histórica visita del ex premier suscitó una gran expectación y el público se congregó en torno al muelle de la capital palmera para presenciar su llegada. La expectación fue impresionante.
En una falúa de servicio del yate desembarcaron Winston Churchill, apoyado en su ayudante, el sargento Edmund Murray, inspector de Scotland Yard; seguido de la esposa de Churchill, lady Clementine Hozier, dama de la Orden del Imperio Británico; y tras ellos el naviero Aristóteles Onassis, su primera esposa Tina Livanos, segunda hija del magnate naviero griego Stavros Livanos y Arietta Zafirakis; el diplomático y periodista panameño Roberto Arias y su esposa, Margot Fonteyn, la famosa bailarina británica.
De la visita de Churchill a La Palma se cuenta la anécdota de que Manuel Roque Concepción, el afamado tabaquero recientemente fallecido, le regaló una caja de magníficos puros hechos por sus manos. Sin embargo, el mayor protagonismo se lo llevó Nelson Pestano, un taxista de Santa Cruz de La Palma, conocido por el apodo de “niño bueno”.
Lo cierto fue que aquella mañana, Nelson Pestano puso a disposición de los ilustres visitantes su coche recién estrenado. Recorrieron el sur de la isla y se detuvieron especialmente en Fuencaliente, donde visitaron los alrededores del volcán de San Antonio. Juan Torres Hernández, el entrañable don Juan Torres, maestro nacional de grata memoria, que algo hablaba el inglés, les ofreció degustar vinos de malvasía en la bodega de Benito Hernández Díaz, en Los Canarios, pero declinaron el ofrecimiento pues Churchill dijo que sólo bebía whisky.
De regreso a la capital palmera, Churchill preguntó a Nelson Pestano cuánto era el importe de su servicio. El honesto taxista, emocionado ante el día histórico que había vivido, declinó cobrar cantidad alguna. Para él había sido un honor llevar en su coche a semejantes personajes. La reacción del ex premier no se hizo esperar y Nelson fue invitado a subir a bordo del yate, para tomar una copa con sus pasajeros. En el salón principal del barco, el estadista le obsequió con una caja de puros rubricada con la siguiente frase: “De Churchill a Nelson”.
Unas dos semanas después de la visita, el padre de Manuel Roque Concepción, Manuel Concepción Pérez, recibió una carta desde Londres donde Winston Churchill volvía a darle las gracias por el obsequio y, al mismo tiempo, reconocía la calidad de los puros artesanos que le había preparado. La mencionada carta, según decía su destinatario, fue prestada a alguien en Las Palmas y nunca devuelta a quien la había recibido.
Foto: Tomás Ayut