Una fecha notable para la historia de La Palma fue la visita del rey Alfonso XIII. El 3 de abril de 1906 llegó a la isla a bordo del trasatlántico Alfonso XII, habilitado de crucero auxiliar, y desembarcó en el puerto de la capital palmera en medio de públicos festejos. El histórico buque -que llevaba el nombre de su padre- fondeó muy cerca de tierra, a barlovento del actual muelle y un poco más a sotavento lo hicieron sus escoltas, el cañonero Álvaro de Bazán y el yate real Giralda.
La llegada del rey fue uno de los grandes acontecimientos del siglo XX en La Palma. El desembarco del joven monarca se había previsto para las nueve de la mañana, pero la presencia de unos nubarrones amenazadores, que descargaron rápidamente, hizo que se retrasara unas horas, a la espera de que mejorara el tiempo. Este hecho natural, sin embargo, causó satisfacción entre los habitantes de La Palma, ya que venían padeciendo una pertinaz sequía desde hacía tiempo y hasta hubo quien pensó si el monarca habría invocado al cielo, ya que en otro tiempo a los reyes se les atribuía cierto poder divino.
Retrasado el desembarco hasta mediodía, el rey se entretuvo a bordo en hacer ejercicios de tiro al pichón y a la hora convenida embarcó en una lancha gasolinera, junto con los otros ilustres visitantes de su séquito y atracó a un muelle de madera construido con tal objeto en los talleres de las obras del puerto, sobre el que se alzaba un artístico templete adosado a la grúa Titán, en el que fue recibido por las autoridades, cuerpo consular, representantes de las diversas sociedades y el pueblo. La emoción fue impresionante.
Foto: Miguel Brito
Bibliografía:
Díaz Lorenzo, Juan Carlos (1994). La Palma y el mar. Presidencia del Gobierno de Canarias. Tauro Producciones.