Cuando Alberto de Armas recibió la orden Andrés Bello (1980)

De nuestro archivo fotográfico publicamos hoy esta fotografía de entrañable recuerdo, en la que vemos al ex presidente Rafael Caldera Rodríguez imponiendo la Orden Andrés Bello al entonces senador por Tenerife, Alberto de Armas García. Le ayuda el cónsul general de la República de Venezuela en Canarias, Jesús Enrique Márquez Moreno y en la izquierda de la imagen aparece también Carlos Robles Piquer, secretario de Estado de Asuntos Exteriores y quien suscribe, presentador del acto celebrado en la Casa de Venezuela en Canarias. Tan grato episodio sucedió a finales de julio de 1980.
Alberto de Armas, una de las personalidades tinerfeñas y canarias más relevantes de la segunda mitad del siglo XX, nació el 10 de mayo de 1930 en La Laguna. Era el décimo hijo del matrimonio formado por Manuel de Armas Marrero, funcionario del Cabildo, “un hombre a quien los que le conocieron definen como de unas cualidades humanas excepcionales y una personalidad singular” y de Manuela García Sanabria, hermana de Santiago, destacado alcalde de Santa Cruz de Tenerife a finales de la década de los años veinte. Siendo un niño, en 1942 fallecieron sus padres.
Estudió en el colegio Tomás Iriarte de la Laguna. Cursó la carrera de Medicina en la Universidad de Cádiz, licenciándose en 1955. Hasta 1957 amplió estudios con el profesor Jiménez Díaz, en Madrid. Especialista en gastroenterología, electromedicina y neumología, diplomado en Sanidad y miembro por oposición de ATSN, trabajó en el Instituto de Patología Regional de Tenerife hasta 1960. A partir de esta fecha se dedicó al ejercicio de su profesión y en 1978 fue nombrado director del Hospital de Enfermedades del Tórax, en La Laguna. En reconocimiento a su trayectoria, recibió la Orden al Mérito Civil de Sanidad.
Estudioso y culto, autor de artículos publicados en revistas especializadas de Medicina, organizó congresos médicos y cursos de ampliación de estudios. Correspondiente de la Real Academia de Medicina de Canarias, presidente del Ateneo de La Laguna (1965-1967), presidente del Patronato de la Universidad de La Laguna (1973-1974) y miembro del patronato de la Orquesta Sinfónica de La Laguna.
Salvador García Llanos, entrañable amigo y colega, otro destacado socialista de buen y bien hacer, primero persona y después político, dice que Alberto de Armas “pertenece por derecho a la prestigiosa galería de los grandes médicos socialistas de Canarias. Su infancia estuvo marcada por la doble orfandad y por los sufrimientos que supuso para su familia, de inequívoca filiación democrática y progresista, la Guerra Civil. Así empezaba un artículo que sobre Alberto de Armas escribió, en 1978, el también gran socialista y periodista Alfonso García-Ramos, amigo de la infancia de Alberto y fallecido ya hace algunos años”.
Cuando la democracia se hizo presente en España, Alberto de Armas engrosó las filas del Partido Socialista, en el que ya militaba desde la clandestinidad. Fue miembro del Comité Federal en calidad de vicepresidente segundo, así como presidente y secretario regional del PSC-PSOE. Resultó elegido senador por Santa Cruz de Tenerife en la legislatura constituyente (15 de junio de 1977), cargo que revalidó en las elecciones de la I Legislatura (1 de marzo de 1979), II Legislatura (28 de octubre de 1982), III Legislatura (22 de junio de 1986) y IV Legislatura (24 de octubre de 1989).
En febrero de 1990 fue nombrado embajador de España en Venezuela, por lo que tuvo que dimitir de su cargo de senador. En julio de 1992 se trasladó a Madrid a la reunión de Jefes de Estado latinoamericanos con el rey Juan Carlos. Durante aquellos días le fue detectada una enfermedad que seis meses después acabó con su vida y provocó una profundísima consternación, no sólo en Canarias, sino en el país en el que, hasta ese momento, 16 de enero de 1993, era el representante diplomático de España.
Foto: Archivo Juan Carlos Díaz Lorenzo