Es curioso que sea Bibby Line quien esté informando de la situación en la que se encuentra el buque “Cheshire” a través de comunicados de prensa. Después de algo más una semana a la deriva, en la que poco se ha podido hacer debido a la peligrosidad del cargamento en combustión, la última novedad es que el remolcador «Red Sea Fos» ha conseguido darle remolque desde ayer y que el convoy navega a una velocidad de 2,5 nudos, rumbo noroeste, después de deambular hasta unas 120 millas al suroeste de Gran Canaria.
Al parecer el personal especializado de Resove Marine se ha tomado el tema con calma; dice que ha intentado varias veces subir a bordo y que no ha podido, por las razones citadas, dado el fuerte desarrollo de las columnas de humo y el mal estado de la mar, que ha mejorado en las últimas horas. Bibby Line ha contratado un helicóptero, al parecer procedente de Mali -¿no hay helicópteros en Canarias?- para determinar el estado de la cuestión y decidir qué medidas se toman.
La pregunta que flota en el ambiente es si el siniestro hubiera sucedido más cerca de las costas del archipiélago, y dada la toxicidad y el peligro de la combustión del cargamento de fertilizantes, el impresionante desarrollo de las nubes de gases y lo que ello representa para la salud de la vida humana y animal, ¿se hubieran tomado las cosas con tan aparente paciencia?.
Por lo que los técnicos del fabricante químico Yara han dicho, la forma de acabar con la combustión consiste en el enfriamiento de los focos calientes mediante el lanzamiento de chorros de agua. Eso, según lo publicado, ha sido posible nueve días después de iniciado el siniestro y cuatro días de enfriamiento del casco mediante la acción de los remolcadores que se encuentran en la zona, entre ellos el español “Miguel de Cervantes”, de Salvamento Marítimo y otros dos de Boluda abanderados en Panamá.
Foto: Salvamento Marítimo vía twitter