La catedral ortodoxa de Uspenski es uno de los edificios religiosos de referencia de la ciudad de Helsinki. Destaca en su emplazamiento sobre una colina del distrito de Katajanokka, desde la que se domina una magnífica panorámica de la zona neoclásica de la ciudad y el puerto antiguo. Es un edificio de estilo ruso bizantino, construido en ladrillos rojos traídos de la fortaleza de Bomarsund, en Aland, destruida en 1854 durante la guerra de Crimea. Tiene planta de cruz griega y está rematada por trece cúpulas doradas, que representan a Cristo y los Doce Apóstoles. El soporte principal está asegurado por cuatro columnas monolíticas de granito.
El templo está dedicado al Sueño o Dormición de la Madre de Dios y su nombre proviene de la palabra eslava uspenie [morir mientras duerme], cuya festividad se celebra cada 15 de agosto. Es un edificio de una singular belleza, proyecto del arquitecto ruso Alexey Gornostaev (1808-1862) y tomó forma entre 1862 y 1868, año de su consagración. Se trata de la principal iglesia ortodoxa del país y la más grande de Europa occidental. La cripta está dedicada al padre Alexander Hotovitzky, que había sido vicario de la parroquia de Helsinki entre 1914 y 1917. Murió asesinado en 1937 y fue canonizado en 1994.
En su interior muestra una interesante decoración. El altar se sitúa detrás de la pared de imágenes icónicas que simboliza el cielo. Los iconos representan los santos y escenas de la Biblia y a cada uno de ellos se le dedica un día especial en el año litúrgico ortodoxo. Podemos observar varios iconos valiosos, aunque están incompletos. Uno de ellos, dedicado a San Nicolás, de singular belleza, fue sustraído el 16 de agosto de 2007 a plena luz del día mientras cientos de turistas visitaban el templo. Data del siglo XIX y está considerado una variante rara. Procedía de la catedral ortodoxa de Vyborg, desde donde se trasladó a Helsinki durante la Segunda Guerra Mundial. Poco más se sabe de su origen, con unas medidas de 45 x 35 cm. Otro icono, dedicado a la virgen de Kozeltshan, fue sustraído en junio de 2010, aunque se recuperó felizmente en febrero de 2011. Por razones de seguridad, no se permite el acceso de los visitantes al altar.
El templo constituye un claro ejemplo del impacto de la Rusia de los zares en la Finlandia del siglo XIX. En la parte posterior existe una placa conmemorativa del zar Alejandro II, en cuyo reinado se construyó la catedral. Hay razones para recordarle con gratitud. En 1863 restableció la Dieta y puso en marcha una serie de reformas que aumentaron la autonomía del Gran Ducado, en la que se incluía el establecimiento del marco finlandés como moneda propia, del mismo modo que el finés se elevó a lengua nacional equiparada al sueco, posibilitando con ello una mayor igualdad de oportunidades para una mayoría de la población. Se le recuerda como el “buen zar” de Finlandia y como ejemplo de ello en la Plaza del Senado se levanta desde 1894 una estatua a su memoria.
La actitud de Alejandro II hacia Finlandia puede interpretarse como una creencia de que las reformas serían más fáciles de probar en un pequeño país homogéneo que en el conjunto de Rusia. El trato benevolente hacia el país también puede verse como una recompensa por la lealtad de la población durante la guerra de Crimea y el levantamiento polaco, así como un intento de debilitar los fuertes lazos que Finlandia mantenía entonces con Suecia.
Bibliografía:
Helsingin ortodoksinen seurakunta (en lengua finesa)
Fotos: Juan Carlos Díaz Lorenzo, Kallerna, pilargbcn.blogspot.com.es, expedia.mx, layoverguide.com y flickr.com.