El progresivo desarrollo industrial de España en la década de los años sesenta requirió de un incremento en la producción de fueloil, de modo que la flota del Monopolio resultó insuficiente para atender la demanda. Razón por la cual CAMPSA contrató a otros petroleros de CEPSA, Naviera Vizcaína y Naviera Artola por viajes o por tiempo para cubrir esa capacidad adicional, lo que se repetiría con frecuencia en los años siguientes.
No obstante, consciente de la necesidad de cubrir ese tráfico con buques propios, la Delegación del Estado en CAMPSA planteó al Departamento Marítimo el inicio de los estudios correspondientes y la oportunidad de construir el tonelaje suficiente para cubrir esa demanda. De ahí el origen de los dos mayores petroleros de la historia de la compañía, con un peso muerto de 35.000 toneladas de peso muerto cada uno.
El consejo de administración del Monopolio aprobó el 30 de noviembre de 1966 la construcción de los dos nuevos buques, que fueron autorizados mediante orden ministerial de 20 de diciembre del citado año. CAMPSA abrió concurso público entre los astilleros españoles que tenían capacidad y disponibilidad para este tipo de buques y el contrato se adjudicó el 25 de julio de 1967 a la Sociedad Española de Construcción Naval, que fue quien mejor oferta presentó.
Asignada su construcción a la factoría de Matagorda (Cádiz), de cuya factoría eran los números de quilla 149 y 150, el primero de ellos recibió el nombre de “Campeador” –segundo en la historia de la flota de CAMPSA– y el segundo se llamó “Campomayor”. Presupuestados a la firma del contrato en 320 y 330 millones de pesetas, el progresivo incremento de costes y diferentes mejoras introducidas a petición del armador, incrementaron el precio final a 409 millones de pesetas.
Como señala José María Molina, la construcción de estos buques avanzó con bastante rapidez, reflejo del ritmo de trabajo del astillero gaditano, pues desde su puesta de quilla, realizada con una diferencia de seis meses, hasta su entrega, apenas transcurrieron 13 meses para el primero y 11 meses para el segundo. El 21 de noviembre de 1968 se celebró la botadura del petrolero “Campeador”, ceremonia en la que actuó de madrina la señora de Latorre y en agosto de 1969 entró en servicio –capitán, Gabriel Aguiar– e inscrito en la matrícula naval de Cádiz.
Inspeccionados por el Lloyd’s Register of Shipping e inscritos en la matrícula naval de Cádiz, fueron unos barcos muy avanzados en su momento, de casco totalmente soldado, superestructura y cámara de máquinas a popa y una elegante estampa marinera en la que destacaba una proa muy alterosa con bulbo. El proyecto había sido ensayado en el Canal de Experiencias Hidrodinámicas de El Pardo y atrajo la atención de la compañía Iraqi Oil Tanker, que contrató la construcción de cinco buques, repartiéndose la carga de trabajo entre los astilleros de Matagorda y Sestao.
Además de tráficos nacionales –fue un asiduo cliente del puerto de Santa Cruz de Tenerife, donde cargaba de la refinería de CEPSA para la Península–, también hizo viajes internacionales, frecuentando la terminal de Europoort, en Rotterdam. Cuando llegó el ocaso de CAMPSA y comenzó el desmantelamiento de la flota, el petrolero “Campeador” se vendió para desguace en Alang (India), a donde arribó en marzo de 1993.
De 20.453 toneladas brutas, 10.234 toneladas netas y 35.470 toneladas de peso muerto, medía 209 m de eslora –192 m de eslora entre perpendiculares–, 26,55 m de manga, 14 m de puntal y 10,72 m de calado máximo. Estaba propulsado por un motor Burmeister & Wain 684VT2BF180 –fabricado, bajo licencia, en los talleres de la Sociedad Española de Construcción Naval en Sestao–, con una potencia de 13.800 caballos sobre un eje, que le permitía mantener una velocidad de 16 nudos. Disponía de alojamiento para 41 tripulantes. Código IMO 6903527.

Fotos: Museo El Dique