Con una producción de un avión al mes, que pasará a ser bimensual a partir de septiembre próximo, Boeing vislumbra el final del mítico B-747 Jumbo. La competencia del gigante Airbus A-380, los mayores pedidos de aviones bimotores, la desaceleración en el transporte aéreo y los costos de producción juegan en contra de la continuidad de este modelo, que acumula pérdidas en las cuentas del fabricante norteamericano.
Las aerolíneas ya no piden aviones de cuatro motores como el Jumbo, cuya producción en los últimos tiempos atiende el sector de la carga aérea, aunque también se ha ralentizado. Entre los veinte contratos en vigor –dos de ellos para reemplazo del Air Force One– y las previsibles opciones, la cadena de producción será de seis aviones al año. Boeing mantiene la cadena de producción de la serie -800 para pasaje y la serie -400 para carga.
La noticia no ha sorprendido entre los analistas del sector, que siguen muy de cerca la evolución de la industria aeronáutica. Tampoco Airbus ha conseguido contratos suficientes para mantener el ritmo de la cadena de producción del A-380, ante la mayor demanda de aviones bimotores con capacidad trasatlántica, que es lo mismo que le sucede a Boeing. Bien es verdad que el B-747 Jumbo es un icono de la aviación comercial y de su fabricante, que no ha sido superado.
En producción desde 1969, a 31 de diciembre de 2015 se habían fabricado 1.519 aviones en sus diferentes versiones. Realizó su primer vuelo el 9 de febrero de 1969 y se estrenó el 21 de enero de 1970 con la legendaria compañía Pan Am. Iberia fue la primera compañía española que estrenó este avión, del que tuvo una flota importante entre propios y alquilados y representaba el punto culminante de las tripulaciones y el orgullo de los pasajeros.
Foto: P Jones