Boeing ha informado de que ganó 2.149 millones de dólares en el primer trimestre de 2019, aunque ello supone un 13% menos respecto de igual periodo del año anterior y todo indica que es consecuencia de la crisis desatada con la prohibición de volar los aviones B-737 Max, debido a dos accidentes que han cuestionado su fiabilidad. Las entregas de nuevos aviones comerciales han descendido un 19%, al pasar de 184 a 149 unidades y los ingresos han caído en unos 1.100 millones de dólares, de 12.945 millones a 11.822 millones, con una reducción del 9%.
Según la prensa norteamericana, Boeing estima que el impacto inicial de la crisis del B-737 Max supere los mil millones de dólares, consecuencia de los mayores costes de producción y los gastos para corregir el software de control de vuelo de la versión Max, así como las pruebas de vuelo y la formación de los pilotos. Hasta el momento ha realizado 135 vuelos adicionales y una revisión completa del software que devuelva la confianza operativa en los nuevos modelos.
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