Binter ha aprovechado el revuelo que se ha armado con la pretensión de Air Europa y Vueling –totalmente equivocada y fuera de contexto– de modificar el vigente sistema de bonificación de residente canario, para posicionarse sobre algo que no ofrece dudas y que en su caso, además, ante el volumen de pasajeros que transporta, contribuye al sostenimiento de su amplio entramado empresarial. Dicho de otra manera, ha aprovechado las aguas revueltas para sacar provecho y, de paso, meterle el dedo en el ojo a Air Europa a modo de recordatorio en el “uso incorrecto” de las subvenciones.
Aunque Binter forma parte de la Asociación de Compañías Españolas de Transporte Aéreo (ACETA) y ésta ya se había desmarcado apresuradamente de la pretensión de dos de sus asociadas, lo que parece claro es que todo es mejorable. Parte del problema radica en el retraso con que la Administración hace las liquidaciones de las bonificaciones de los billetes. Eso no es nuevo, pero de ahí a pretender cambiar las normas del juego para que sean los usuarios quienes soporten todo el peso, va un trecho.
Dicho esto, el discurso de Binter ante la opinión pública no podría ser otro. El actual sistema de bonificación a los residentes ha sido «muy beneficioso» para el transporte interinsular en general y, por encima de todo, para la movilidad de los pasajeros que lo utiliza. De ahí que, según lo dicho, «este modelo debe ser consolidado y, si fuera posible, mejorado en un futuro, en aras de una mayor comodidad y mejora de la experiencia para los pasajeros».
Binter considera que los beneficios del sistema actual para la sociedad canaria son muy superiores a los que pudieran derivarse para la empresa si el modelo cambiara, por lo que lo valora apropiado y defiende su sostenimiento y, al mismo tiempo, respalda las acciones de Fomento encaminadas a garantizar el buen uso y la prevención del fraude. Igual vendría bien abrir un debate amplio sobre este tema, con datos sobre la mesa y la participación de expertos independientes.
Foto: Juan Carlos Díaz Lorenzo