Balearia se ha visto obligada a recular y con ello trata de aplacar los ánimos en lo que resta de operación retorno de la OPE en la línea Nador-Almería, abandonada sorpresivamente a raíz del accidente del catamarán “Pinar del Río” en la noche del pasado 16 de agosto cuando se disponía a entrar en el puerto de Denia, procedente de Palma e Ibiza.
Para que ello sea así, el catamarán “Jaume I” deja provisionalmente la línea del Estrecho y sube a Denia, movimiento que parece más razonable para el tipo de servicio de que se trata, acorde con la demanda de pasajeros y coches.
La decisión unilateral de Balearia de abandonar el servicio en la línea Nador-Melilla, con la retirada sorpresiva del ferry “Bahama Mama” en pleno retorno de la OPE, ha causado un gran malestar en Marruecos y un daño a los pasajeros afectados, a los que se les ha dado la alternativa, medida en varios cientos de kilómetros, de salir por Tánger Med en dirección a Algeciras.
Como efecto colateral de esta decisión arbitraria, las autoridades marítimas de Marruecos retrasaron el primer día en tres horas y media la salida del ferry “Villa de Teror”, que cubre la línea Nador-Motril de Trasmediterránea, para que completara su capacidad con pasajeros afectados, lo cual añadió más tensión a la situación.
Decisión que, aunque por un lado pone de manifiesto su capacidad de reacción para impedir causar daño a su mercado natural en Baleares, sin embargo las prisas son malas consejeras y la naviera traslada la impresión de que actúa con improvisación y desesperada cuando tiene una emergencia. En este caso, los afectados han sido los pasajeros de Marruecos, donde presume de que tiene un nicho de mercado importante. No le ha quedado otro remedio que dar marcha atrás para evitar males mayores.
Foto: Balearia