En España la profesión de azafata de vuelo –que con el paso de los años ha evolucionado a la figura del TCP, tripulante de cabina de pasajeros–, comenzó con Iberia. En 1946 contrató a sus primeras azafatas para los vuelos trasatlánticos entre España y Argentina en los aviones Douglas DC-4. Es conocida la anécdota del entonces director de la compañía, César Gómez Lucía, de encontrar el término adecuado: aeromozas, aeroviarias, mayordomas o provisorias, fueron algunos de los términos propuestos, hasta que se decidió azafata.
Después de Iberia, el protagonismo de la azafata tuvo un realce importante en la etapa de Spantax, cuando la compañía fundada por Rodolfo Bay comenzó su expansión en vuelos nacionales e internacionales chárter, en los que la presencia de este colectivo, además de imprescindible, añadía un plus de distinción. Spantax fue, además, escuela señera, no en vano Marta Estades Sáez, que fue la jefa del personal de vuelo, había sido azafata de Iberia.
Foto: vía José María Hernando / Compañías españolas de ayer