Es comprensible que el presidente de Balearia, Adolfo Utor, pondere las supuestas excelencias de la “joya tecnológica” de la naviera de la que parece ser, de cara a la galería, único accionista, pese a que los hechos demostrativos no le acompañan. Aunque inicialmente se había programado para finales de noviembre, se ha aplazado hasta que pasen las fechas de Navidades, asegurando así la previsible demanda y a partir de entonces será sustituido por el veterano catamarán “Cecilia Payne” en la línea Denia-Ibiza-Palma, en la que, de momento, sigue operando en solitario.
El blog de reciente aparición balearferry.com, que está bien informado de los asuntos relacionados con Balearia –lo cual nos hace suponer que su promotor tiene o tuvo en el pasado vínculos cercanos con esta naviera y, desde luego, nada tiene que ver con el editor de puentedemando.com, como algunas “lumbreras” se empeñan en afirmar–, señala que volverá al astillero donde ha sido construido, Armón Gijón, para corregir una serie de deficiencias “nada desdeñables: menor velocidad a la prevista/contratada, escasísima capacidad de maniobra y navegar poco elegante en situaciones de mar que cualquier otra embarcación afrontaría con mayor resolución”.
Abundan las quejas por los incumplimientos, sobre todo en la mayor duración de los viajes de la “joya tecnológica” de Balearia, que no cumple y que pone en aprietos a la imagen de la compañía y de paso señala al astillero, que también mantiene silencio. Pero en este caso ni está ni se le espera. Su política de comunicación es nefasta y deja mucho que desear, incluso ante acontecimientos notables, de los cuales siempre nos enteramos por otras vías ajenas y más fiables.
Balearia mantiene hermetismo sobre la situación del catamarán “Eleanor Roosevelt”, que ha dejado de consumir gas natural, pues la factura de este tipo de combustible del que tanto se jacta Adolfo Utor está por las nubes. Mejor a gasoil, como lo hacen los demás, sin tanta alharaca de su petulante presidente, cuyos gritos, cuando las cosas no le salen bien, o como a él le gusta, se oyen más allá de Menorca.
La compañía trata de reconducir una situación embarazosa. De los 40 nudos de la propaganda inicial, ahora se conforma conque mantenga 35 nudos, “siempre que vaya ligero de carga”, destaca balearferry.com, que pone en valor las mejores condiciones operativas del veterano “Cecilia Payne”, “que corre más, maniobra mejor, capea excelentemente la mala mar… y contamina más. Balearia parece haber cambiado sus prioridades –y buscar la fiabilidad– para hacer frente a la gran demanda en torno a la Navidad en la línea Denia-Ibiza-Palma”.
Foto: Manuel Hernández Lafuente (shipspotting.com)