La pérdida de competitividad del Registro Especial de Canarias (REC) hace que los armadores españoles se vean obligados a optar preferentemente por otros registros de la Unión Europea, se lamentó hoy el presidente de la Asociación de Navieros Españoles (ANAVE), Alejandro Aznar, en el discurso de clausura de la asamblea general de la patronal naviera española, que se celebró en el hotel Ritz, de Madrid.
Aznar hizo especial hincapié en que las razones que obligan a los armadores españoles a optar por banderas de otros países de la UE, “no son de índole fiscal, como algunos podrían pensar”. La aplicación práctica del REC ha quedado desfasada en materias como el enrole de marinos extranjeros, horas de trabajo y descanso, delegación y responsabilidad de las organizaciones reconocidas, entre otras. Según explicó, “hay una complejidad administrativa y una clara inseguridad jurídica sobre el enrole de marinos extranjeros” y, en su opinión, «la normativa aplicable a los buques españoles es diferente en varios aspectos a la que establecen los convenios internacionales y la práctica internacional».
ANAVE ha vuelto a reiterar al ministerio de Fomento un conjunto de propuestas para restablecer la competitividad que el REC ha perdido frente a otros registros europeos. Sin embargo, «no basta con modificar las leyes», añadió Aznar, sino que “habría que conseguir que la aplicación de esas normas fuese mucho más flexible, lo que no quiere decir menos estricta, sino más ágil, más rápida, menos burocrática”.
Como ejemplo, Aznar explicó que, aunque la ley teóricamente lo permite, las normas españolas de desarrollo hacen imposible, en la práctica, el embarque de guardias de seguridad privada a bordo de buques mercantes españoles, para protegerles frente a ataques piratas, que se han recrudecido desde finales del pasado año, junto con otros de carácter más bien terrorista, en la zona de Somalia, «a pesar de la OTAN y la EUNAVFOR recomiendan a los buques embarcar seguridad privada como la medida de protección más eficaz en las zonas de alto riesgo».
Alejandro Aznar ofreció datos de la evolución durante 2016 de la flota mercante controlada por los armadores españoles que, pese a mantener el mismo número de buques (215) aumentó su tonelaje en un 6,2% hasta 4,16 millones de GT. Una tendencia positiva que se va mantener en los próximos dos años ya que, según reveló “a 1 de junio de este año, los armadores españoles tenían un total de 18 encargos en firme de nuevos buques mercantes de transporte, con un total de más de 1.138.000 GT”, por lo que las perspectivas de crecimiento a corto plazo son muy positivas.
Como ya avanzamos en esta misma sección, estos nuevos encargos son buques de alta tecnología y, en general, de gran porte (tienen una media de más de 63.000 GT). Se trata de seis buques de pasaje, cuatro metaneros, cuatro petroleros de crudo, dos quimiqueros y dos graneleros, que han sido encargados por siete empresas armadoras diferentes y suponen una inversión total de unos 1.725 millones de euros. De ellos, siete buques, con un valor de 570 millones de euros, se construirán en astilleros españoles. La entrega en el transcurso de los próximos dos años y, sin contar otras probables incorporaciones en ese periodo, “significará un aumento del 27% en tonelaje, superando la cifra de 5,2 millones de GT, la más alta desde 1985”, destacó Aznar.