Resulta cuando menos llamativo que una compañía como Air Nostrum, que ha precisado de un rescate de dinero público para seguir adelante, haya firmado una carta de intenciones para figurar entre los primeros clientes del dirigible Airlander-10, recientemente presentado en el Salón Aeronáutico de Farnborough y cuyas primeras entregas están previstas para 2016.
El citado dirigible del siglo XXI puede despegar y aterrizar de forma vertical y lo puede hacer en cualquier superficie, más o menos llana. Con ello reduce en buena parte las servidumbres aeronáuticas que precisa para volar y a diferencia de los antiguos dirigibles, no precisa de un mástil de amarre.
Air Nostrum ha encontrado el argumento de que podría dotar a destinos españoles que no disponen de aeropuerto de este invento, e incluso podrían operar en zonas portuarias para facilitar la conexión con los cruceros de turismo.
Desarrollado por la firma británica Collis Aerospace, el dirigible Airlander-10 tiene capacidad para 100 pasajeros o 10 toneladas de carga y una velocidad de crucero de 150 km/hora.
Aunque en una primera etapa empleará motores de combustión interna, en 2026 se pretende que los dos motores delanteros sean sustituidos por motores eléctricos y en 2030 los motores traseros.
Foto: cedida