Durante el reinado de Felipe V se ordenaría lo que se dio en llamar la “organización naval de España”, que entre otras novedades determinaría dividir el litoral en tres departamentos marítimos, y cada uno estaría provisto de un Arsenal.
Cartagena, como es sabido, sería designada cabecera del originalmente llamado Departamento Marítimo de Levante, confiándose la magna obra de su arsenal al ingeniero militar Sebastián Feringán. Una vez diseñados los planos, el 2 de mayo de 1731 se presentan a la aprobación real y pocos días después, el 13 de junio, el rey Felipe V estampa su firma al pie del proyecto, dando luz verde para la construcción del mismo, y tras el lento proceso de acopio de los primeros materiales, se dio comienzo a las obras el 20 de febrero de 1732.
Para su construcción se emplearía gran cantidad de presidiarios y esclavos que más tarde contribuirían a la construcción de los buques y fortificaciones de la ciudad, pero esa es otra historia, que otro día traeremos a estas líneas, hoy nos centraremos en algo concreto, la pareja de placas de mármol que coronaban los dinteles de las puertas laterales de acceso.
Así, al realizarse el proyecto para la construcción del Arsenal, se contempló entre otras cosas que el recinto “se comunicará con la ciudad a través de una puerta con triple arco”. Próxima la finalización de las obras, corriendo 1750, sobre los arcos de las puertas laterales se pensó en poner unas placas de mármol con una leyenda, algo muy usual en la época, para lo cual parece ser que el ingeniero responsable de la construcción del Arsenal, envió tres textos diferentes al Rey, con el fín de que S.M. Fernando VI, escogiese uno, pero los tres fueron rechazados, enviando a su vez el Rey la que determinaría que se pusiese, y por supuesto así se hizo.
Dicha inscripción contemplaba una docena de renglones, que divididos entre las dos placas, (cada una de ellas sobre cada puerta lateral), a media docena de renglones en cada una, venían a decir lo siguiente:
“FERDINANDI VI
HISPANIARUM REGIS CATHOLICI
IUSSU ET MUNIFICANTIA.
PORTUS QUONDA, NOBILISSIMUS
SED TEMPORUM VETUSTATE MAXIME
DEFORMATUS
—————————-
NOVIS CONFECTIS OPERIBUS
QUEN TUTIOR NAVIBUS STATIO REDDERETUR
STEM NAVALI HOC SPLENDIDISSIME EXTRUCTO
ET UTILITATE PUBLICA
PRO REGNI MAIESTATE RESTITUTUS.
ANNO DOMINI MDCCL”
Así, esta pareja de placas presidió las puertas laterales del Arsenal de Cartagena durante más de 200 años, hasta que a mediados de la década de los años sesenta del pasado siglo XX, unas obras de remodelación contemplaron hacer las dos puertas laterales de la misma altura que la central, lo que implicaba el desmontaje de las dos placas de mármol, que terminaron “perdiéndose, tristemente…”, placas que están perfectamente visibles en una de las imágenes que ilustran estas líneas.
Hoy día, sin duda que esas placas no se hubieran perdido, entre otras razones porque hay una mayor “conciencia” de guardar piezas históricas, pero no deja de sorprender que se tirasen en su día a la escombrera, ya que hablamos de un hecho acaecido hace apenas 60 años, no estamos hablando de siglos, placas que por tanto muchos cartageneros sin duda recuerdan… en cualquier caso, esta pequeña historia no deja de ser solo una de las muchas que encierra nuestro centenario y querido Arsenal, que sigue conservando entre sus muros muchas otras reliquias o. e tuvieron la suerte de sobrevivir el paso de los siglos, aunque estas centenarias placas no pudieran decir lo mismo.
Aún así, para paliar en cierto modo esa lamentable pérdida, en época reciente se colocó una inscripción en el muro, junto a la puerta principal que viene a recordar lo que decían las de su época.
Fotos: archivo de Diego Quevedo Carmona