Nuestros lectores nos plantean con frecuencia la pregunta de cuándo volará Binter a Madrid y a Barcelona. Porque si lo hace a otros destinos más lejanos tanto nacionales como internacionales y sometidos en algunos casos a estacionalidad, ¿por qué no vuela al menos a Madrid todos los días? Estamos seguros de que el coeficiente de ocupación sería del 100% en la mayoría de los vuelos, manteniendo unos horarios muy competitivos con Iberia.
Parece ser, no obstante, que Iberia es el problema o la frontera que quizás Binter no quiere o no puede cruzar, al margen de slots y otros aspectos. Porque está claro que si Binter vuela a Madrid, a Iberia Express se le cae una muela en cuanto a ocupación y, en consecuencia, en ingresos.
La línea Tenerife Norte-Madrid, con unos billetes en Iberia Express que rozan o superan los 200 euros incluido el descuento de residente–es decir, que el precio final es como mínimo de 800 euros, que es la cantidad que ingresará la caja de Iberia– y con un bulto de mano, que no maleta, a diez días vista –como nos hace llegar un sorprendido pasajero– pone de manifiesto la necesidad de controlar tanto esa escalada de precios como de abrir hueco a competidores con mejor identidad y sensibilidad hacia Canarias.
La excelencia en el servicio que Binter ha sido capaz de demostrar en los últimos tiempos con los aviones de nueva generación Embraer E195 E2 y unos costes de explotación seguramente más ajustados que los de Iberia, unido a una política tarifaria razonable, se convertiría en un gran aliciente para que la compañía canaria pudiera volar a Madrid y Barcelona con todas las garantías, tanto de ocupación como de ingresos medios. Otra cosa es que Binter se decida a hacerlo, pese a que sabe que tiene muchos factores a su favor.
Foto: Juan Carlos Díaz Lorenzo