Hubo un tiempo, medido en años, en el que Antonio Pino Pérez (1904-1970) fue una destacada personalidad identificada con la isla de La Palma y, especialmente, con El Paso, su pueblo natal, del que fue alcalde y cronista oficial. De él conocimos una selección de versos reunidos en un libro titulado “Dándole vueltas al viento” y en 2014 su hija Rosario publicó, en colaboración con el Centro de la Cultura Popular Canaria y el Ayuntamiento de El Paso, “Abarim, biografía novelada de Antonio Pino Pérez”.
El libro es un compendio de la vida de este hombre, que hizo honor a su condición de palmero inquieto, culto y destacado del siglo XX. Se nos fue en edad todavía temprana, con apenas 66 años. Rosario Pino Capote hace un recorrido desde la infancia, adolescencia y primera juventud vividas en El Paso y La Laguna, seis años en Santiago de Compostela y Madrid como estudiante universitario de medicina y especialidad en odontología, una etapa de tres años en Cuba –estudió letras en la Universidad de La Habana–, hasta los últimos cuarenta años de su vida con residencia estable en La Palma.
“Abarim” es el pseudónimo poético de Antonio Pino Pérez, que fue otra de las vertientes que cultivó con brillante resultado. En el libro encontramos algunas composiciones suyas –en el anexo figura uno de los seis poemas alegóricos representados en El Paso entre 1947 y 1968– y relatos de su intensa vida cultural, así como de su actividad política insular –fue concejal de Santa Cruz de La Palma entre 1936 y 1944 y consejero del Cabildo entre 1944 y 1949– y local, pues desempeñó en dos ocasiones la alcaldía de su pueblo natal y estaba recién nombrado de la segunda etapa cuando el 24 de junio de 1949 comenzó la erupción del volcán de San Juan.
El libro intercala relatos de la vida familiar, profesional, poética y política de Antonio Pino Pérez e incluye una selección de crónicas publicadas en Diario de Avisos –periódico del que era corresponsal en El Paso– y cronista oficial de su ciudad natal, a la que entregó sus mejores desvelos. En 1935 contrajo matrimonio con Amparo Capote y tiene descendencia en sus hijos Lourdes, Juan Antonio y Rosario. Encontramos, asimismo, apoyo documental en la larga lucha sostenida en defensa de la propiedad pública de la Caldera de Taburiente, en un pleito, asumido a título personal, que duró algo más de dos décadas. Su pueblo natal le agradeció su generosa entrega de tantos años con el meritorio título de Hijo Predilecto.
Fotos: Fotos El Paso y portada del libro