El capitán Manuel Jacinto González López (Algeciras, 1963) finaliza hoy una fructífera carrera profesional después de 35 años de mar y barcos, que ha transcurrido en su mayor parte en Compañía Trasmediterránea. Excelente profesional y mejor persona, es el continuador de una saga familiar estrechamente vinculada a la naviera fundada en noviembre de 1916 por el doctor Dómine, en plena Gran Guerra, que así se llamaría después la Primera Guerra Mundial. Y como de casta le viene al galgo, uno de sus hijos está decidido a continuar su estela.
“La pasión por la mar y los barcos me la inculcó la familia de mi madre, de mi abuelo Jacinto a quien no pude conocer. Mi abuela Herminia fue la encargada de transmitirme sus historias de la mar, de la Compañía Trasmediterránea en formato de cuento y relato: el desembarco de Alhucemas en el buque ‘Hespérides’ en 1925; la emigración de la familia de Estepona a Las Palmas en 1934 para seguir al cabeza de familia que navegaba por la zona. Mi madre recuerda lo bien que vivieron en el parque de Santa Catalina, pese al naufragio del buque ‘Ciudad de Málaga’ cerca de Las Palmas en 1936 y dijo, del relato del abuelo, que nos dio tiempo a salir con lo puesto, ni siquiera la cartera”, relata refiriéndose a los recuerdos familiares.
Manuel Jacinto González López estudió la carrera de Náutica en la Escuela Superior de la Marina Civil en Cádiz, “en la escuela de La Caleta”, apostilla. Salvo un embarque en el petrolero “Mar Sofía”, de Mar Petrol, realizó sus prácticas en barcos de Compañía Trasmediterránea y se licenció en Transporte Marítimo y Navegación.
Casi toda su vida profesional ha transcurrido en la flota de Compañía Trasmediterránea, excepto un paréntesis de cinco años en Buquebús España, con mando en los buques “Patricia Olivia”, “Albayzin”, “Ronda Marina”, “Catalonia”, “Thomas Edison” y “Avemar Dos” y en el caso de Trasmediterránea ha mandado los buques “Milenium Tres”, “Alborán”, “Ciudad de Ceuta”, “Las Palmas de Gran Canaria” y “Ciudad de Málaga”.
Embarcó en 1989 a Compañía Trasmediterránea e inició sus singladuras como oficial en los diferentes empleos en los buques “Ciudad de Salamanca”, “Ciudad de Burgos”, varios hidro-foil, “Ciudad de Zaragoza”, “Ciudad de Badajoz”, “Santa Cruz de Tenerife”, “Super Fast Canarias” –“creo que fue mi mejor embarque, junto con el ‘Murillo’– y, agrega, “cómo no recordar a la perla negra”, en alusión al catamarán “Alcántara Dos”.
Como hechos destacados de su carrera recuerda “con gran emoción” el regreso a Ceuta, en mitad de travesía estando al mando del catamarán “Patricia Olivia”, “para recoger a una niña muy enferma, al fallar el helicóptero sanitario y ser nosotros último barco navegando por la zona. Recuerdo su nombre: Lucía”. Y el viaje de entrega del monocasco “Almudaina”, tras su venta a Guinea Ecuatorial, desde Málaga hasta la isla de Bioko, con escalas en Las Palmas de Gran Canaria, Dakar, Freetown, Abidjan, Malabo y Bata.
“Agradezco a la centenaria Compañía Trasmediterránea que me haya permitido prestar mi labor profesional y haya confiado en mí. A mis compañeros y amigos por la ayuda inestimable que me han prestado durante esta larga etapa de mi vida y a la tripulación del buque ‘Ciudad de Málaga’, por estos últimos días tan intensos a bordo”, concluye.
Fotos: cedida y Juan G. Mata (J&N)