Se cumplen hoy 30 años de la llegada del histórico vapor “La Palma” al puerto de Santa Cruz de Tenerife. Arribó procedente de Las Palmas de Gran Canaria –donde había permanecido amarrado desde su baja en 1976–, a remolque del remolcador “Tamarán” todavía envuelto en los ecos de una agria polémica entre el alcalde de la capital grancanaria, Juan Rodríguez Doreste y el presidente del Cabildo Insular de Tenerife, José Segura Clavell, que fue el promotor para que el histórico barco viniera a Tenerife.
Recordamos con precisión el desarrollo de aquella tarde porque fuimos testigos presenciales y en “Diario de Avisos” está publicada la crónica que hicimos del acontecimiento. Para su último viaje se enroló el capitán José Bastida Tirado y unos días antes, el entonces director de NUVASA, Pedro Anatael Meneses Roqué, viajó a Las Palmas con otros técnicos del astillero para garantizar que el remolque se podía hacer con todas las garantías.
Cuando ya estaba a unas dos millas de la bocana del puerto, el convoy fue adelantado por el “jet-foil” y se cruzó con la fragata “Danmark”, que llegaba al puerto tinerfeño en una de sus frecuentes escalas. Entonces se nos permitió la subida a bordo a los periodistas que íbamos en la falúa «San Antonio» –la embarcación emblemática de la flota de falúas de Antonio García Jorge, “el bombero”– y con nosotros subieron también José Segura Clavell y otros representantes políticos de la época.
A su llegada al puerto tinerfeño, cientos de personas aguardaban el retorno del veterano correíllo, al que se le dio una vuelta de honor dentro de la Dársena de Anaga –entre los barcos atracados aquel día en el muelle sur se encontraba el trasatlántico soviético “Leonid Sobinov”– y después quedó atracado junto al muelle del “syncrolift” de NUVASA. Unos días más tarde quedó varado en seco. Desde entonces han transcurrido treinta años y nos parece que fue ayer.
Foto: Julio A. Rodríguez Hermosilla