Del país de Finlandia

El poema épico Kalevala

A lo largo de dos mil años, en la tradición de los pueblos establecidos en las regiones limítrofes a orillas del Báltico y el golfo de Finlandia, había pervivido un modo de canto original sin estrofa ni rima, en el que se aprecia una aliteración y una repetitividad características. Esta poesía cantada, de corte antiguo, seguía una métrica peculiar de cuatro compases y melodía de la gama pentatónica, que se denomina “metro kalevaliano”, basada en la acentuación de la palabra.

La presión de la Iglesia luterana consiguió que la tradición finesa perdiese su continuidad, empezando por el oeste de Finlandia hasta alcanzar el resto del país. En los años sesenta del siglo XVII, algunos cantos habían sido transcritos, pero no sería hasta mediados del siglo XIX cuando se organizaron de forma sistemática los viajes de estudios para lograr unas transcripciones más exhaustivas.

En ese contexto, convertido en memoria y concepción filosófica del universo del pueblo finés, elKalevala está considerado una de las más grandes epopeyas de Europa. Los cantos en los que se basa se transmitieron por vía oral de generación en generación por bardos carelianos como Arhippa Perttunen (1769-1840) y Ontrei Malinen (1780-1855) así como otros cantadores del poema, entre ellos Matro, Vaassila Kieleväinen y Soava Trohkimainen.

Precedido, en 1822, por el trabajo del escritor sueco-finés Zakarias Topelius el Viejo, que recopiló y editó una serie de fragmentos, unos años después, en 1835, apareció la primera edición del Kalevala, gracias al esfuerzo y la pluma del filólogo Elías Lönnrot y de sus colaboradores A.J. Sjögren y D.E.D Europaeus. La primera versión constaba de 5.052 versos, agrupados en 32 poemas.

En una coherente y meticulosa labor de recopilación y recomposición, Lönnrot logró acopiar versos provenientes de diferentes fuentes, tanto subjetivas como territoriales. Para ello recurrió a trovadores, narradores y al examen de la tradición oral en diversas regiones de Finlandia, especialmente entre la población rural de las regiones de Carelia e Ingria. Lönnrot relacionó diferentes testimonios e historias para dotar a la obra de una mejor estructura narrativa[1], sin olvidar que un mismo poema pudo tener hasta doscientas variantes posibles. Al mismo tiempo disminuyó la cantidad de personajes y concentró los lugares donde se desarrollaban los sucesos, logrando, de ese modo, una mayor coherencia y concreción de esta obra cumbre de la mitología y el folklore de Finlandia.

Elías Lönnrot (1802-1884)
Elías Lönnrot (1802-1884)

Aplicando un procedimiento riguroso, Lönnrot y sus colaboradores anotaron cuidadosamente el nombre del cantante del poema, edad, fecha y lugar en sus expedientes. En septiembre de 1833, durante su cuarto trabajo de campo, Lönnrot concibió la idea de que los poemas pudieran representar una continuidad más amplia, aplicando comentarios de los mismos.

En ocasiones, los poemas fueron cantados con la ayuda del kantele, una especie de cítara. El ritmo podría variar pero las consonancias fueron arregladas en dos o cuatro líneas que consistían en cinco golpes cada uno. A pesar de las extensas distancias geográficas y las diferencias culturales que separaban a los cantantes individuales, la poesía fue interpretada siguiendo siempre la misma métrica, es decir, el tetrametre trocaico arcaico.

En 1849 se publicó la edición definitiva del Kalevala, formada por 23.000 versos y 50 poemas (runo finlandés), escritos en versos octosílabos trocaicos. Esta segunda versión, más larga, es la que se estudia en Finlandia y, al mismo tiempo, sirve de referencia para las numerosas traducciones que se han hecho del mismo.

Sin embargo, durante este tiempo habían sido recogidos casi dos millones de versos, de los cuales se han publicado poco más de la mitad y otro medio millón permanecen inéditos en los archivos de la Sociedad Finlandesa de la Literatura, en las colecciones de Estonia y de la República de Carelia y en otras partes de Rusia. Antes de finalizar el siglo XIX, este trabajo de recopilación y la orientación cultural hacia tierras del Este se habían transformado en un movimiento llamado “carelianismo”.

El minucioso trabajo de recuperación culminó en la reelaboración de los cantos, ensamblando versos procedentes de distintos bardos o de distintas regiones, enlazando diferentes historias, reduciendo el número de personajes y concentrando escenarios, dando origen así a una obra única y coherente, suma del folklore de Finlandia y de su pasado mítico.

Kalevala es el nombre poético de Finlandia y significa “tierra de Kaleva” o “tierra de héroes”. En su condición de una de las epopeyas más sugestivas y notables de Europa, está envuelta en la leyenda, el mito y la evocación poética, enlazándose perfectamente, erigiendo un mundo habitado por héroes que oscilan entre lo humano, lo divino y lo esperpéntico. Por eso, los actos de los personajes del Kalevala están plagados de extravagancias y deslices humanos. Tiene, asimismo, la reminiscencia y conceptualización metafísica de la generación mítica del pueblo finlandés, a la manera de los cantares de gesta medievales, como el Cantar de Hildebrando, Beowulf, las Eddas islandesas, el Cantar de los Nibelungos, el Cantar de Roldán o el Cantar del Mío Cid. La leyenda, la fábula y la balada aparecen perfectamente entrelazadas, creando un mundo entre la realidad y la magia, poblado por hombres que, si bien destacan por sus atributos casi divinos, actúan movidos por pasiones humanas[2].

Gallen-Kalela. Madre de Lemminkäinen
Gallen-Kalela. Madre de Lemminkäinen

Los héroes de los fineses recibían desde su nacimiento poderes mágicos extraordinarios y conocimientos esotéricos. Es el caso del bardo Väinämöinen, un personaje excéntrico marcado por el desenfrenado amor que siente por la doncella de Pohjola, hija de Louhi, un héroe de las tierras septentrionales del país; del apuesto Lemminkäinen, protagonista de mil hazañas, galán que afronta desafíos y desgracias con un marcado desatino, de modo que en sus correrías épicas deja en evidencia su clara ingenuidad de mortal; lo mismo ocurre, de modo figurativo, entre aventuras y desventuras, con el pastor Kullervo, convertido en el héroe trágico de este universo cerrado, con un irrefrenable ímpetu de vida, pero condicionado por un sino de eterno perdedor.

Ilmarinen es un personaje de genio repentino, ya que después de recién nacido del vientre de la doncella Iro, al día siguiente se había convertido en un herrero creador del sampo, una especie de molino mágico que muele incesantemente sal, harina y oro para su propietario. De todos estos seres estrafalarios, el inexperto Joukahainen es el más ingenuo, ya que está dispuesto a ponerse siempre a prueba, y así lo hará cuando desafíe a Vainämoinen en un debate de sabiduría que sabe perdido de antemano. Y sobre todos ellos, el dios supremo y omnipotente, Ukko, secundado por otras deidades como Tapio, divinidad de los bosques; Hiisi y Lempo, del mal; y Tuoni, de la muerte, que complicarán de manera paradójica su tarea celestial.

El poema ofrece también un relato alegórico de la creación del mundo, la derrota del paganismo y la cristianización de Finlandia. El texto aparece enriquecido por una extraordinaria sucesión de nombres e imágenes de la naturaleza, propios de poesías literarias refinadas.

Vainamoinen había nacido sabio y con dones mágicos, mientras que Leminkainen, más sutil, había sido bañado en la sabiduría y el ocultismo cuando todavía era un bebé. El “amante”Leminkainen es uno de los héroes de la epopeya. Cuando niño, su madre le bañaba tres veces en una noche de verano, y nueve en una noche de otoño con el fin de convertirlo en un hombre sabio y dotado para el canto. Es un joven frívolo y acompaña a Valnamoinen en un viaje al país de Pohja a la búsqueda de mujeres. Su proeza más grande fue la tentativa de eliminar al cíclope Tuoni, el dios de la muerte. Olvidándose de protegerse por la magia, Leminkainen fue eliminado por los hijos de éste, y sus restos fueron esparcidos por la ribera. Sin embargo, su madre, que era maga, reconstituyó su cuerpo y lo retornó a la vida.

Luonnotar, “la doncella de la naturaleza”, era la diosa creadora de los fineses. Al principio sólo existía ella “totalmente sola en un inmenso océano vacío”. Luego flotaría a través de los siglos sobre el océano cósmico hasta que un día, un pájaro hizo un nido sobre sus rodillas y comenzó a empollar sus huevos. Sin embargo, la divinidad deshizo el nido y de las cáscaras rotas fueron creados el cielo y la tierra, mientras que las yemas de los huevos formaron el sol y las claras, la luna. Las partes dispersas se convirtieron en estrellas. Luonnotar también creó los continentes y los mares, y después provocó el nacimiento de Vainämoinen, el héroe finés.

Tuoni es el dios finés de los muertos. Habita el sombrío país de Tuonela, de donde muy pocos viajeros regresan. Tuoni y su mujer Tuonetar tuvieron varios hijos. Estos últimos son las divinidades del sufrimiento, especialmente Kipu-Tytto, dios de la enfermedad. Vainämoinen fue uno de los pocos héroes en escapar de Tuonela y después de haber traspasado la orilla que marcaba la frontera, fue abordado por Tuonetar, que le ofreció beber cerveza. Mientras el visitante dormía, los hijos de Tuoni instalaron una inmensa red metálica en la frontera, para impedir su partida. Al despertarse, Vainämoinen se transformó en ave y superó fácilmente la trampa.

Vainamoinen, convertido en el principal héroe de las epopeyas finesas, es el hijo de la primitiva diosa Luonnotar. Aparece como un hombre sensible y vigoroso que, recién nacido, mostraba ya la sabiduría de años, porque había permanecido en el vientre de su madre al menos treinta años. Como personaje destacado de la tierra nativa de los héroes, Vainamoinen poseía extraordinarios poderes mágicos. Sin embargo, era desventurado en el amor. Cuando buscó una esposa entre las mujeres de Pohhja, se le prometió una de las hijas de Louhi, con la condición de fabricar un talismán: el Sampo, tarea que confió a su compañero Ilmarinen, logrando de ese modo, al final, a la hija de Louhi en matrimonio.

Sin embargo, la historia se complicó cuando la joven fue asesinada y el talismán robado. Vainämoinen, Ilmarinen y Leminkainen partirán en la búsqueda del Sampo, al que conseguirán recuperarlo después de diversas aventuras. Mientras tanto, Louhi provocó una gran tempestad y, convertida en grifo, se abatió sobre su navío. La audacia de Vainämoinen logró salvar a los defensores, pero mientras tanto, el Sampo fue llevado por el viento y destruido. Cuando amainó la tempestad, Vainamoinen consiguió reunir los restos y logró devolver al talismán su poder original. Concluída su misión, Vainamoinen logró construir un navío para emprender un viaje eterno.

Väinämönen es el símbolo de los versos épicos y mágicos del Kalevala
Väinämönen es el símbolo de los versos épicos y mágicos del Kalevala

Los últimos versos de la obra, traducidos al castellano por Joaquín Fernández y Úrsula Ojanen, dicen:

“Ya está el camino señalado / se abre una nueva senda / ante cantores más ilustres, / bardos más ricos en canciones / entre los jóvenes que crecen, / entre la estirpe adolescente”[3].

En las acciones de los protagonistas aparecen muchas referencias a la vida cotidiana: festejos, tareas agrícolas, costumbres, además de consejos llenos de sensatez. Esta unión de lo épico con lo trivial hace especialmente amables y cercanos a los héroes del canto. La naturaleza es otro elemento importantísimo: unas veces aliada y otras enemigo, descrita con bellísimas imágenes como si se tratara de un personaje más, que interviene y toma partido.

A lo largo de la epopeya subyacen múltiples influencias, desde los orígenes paganos hasta las huellas más recientes del cristianismo. Son elementos presentes la búsqueda de la felicidad, de un paraíso, y el elogio del valor y del esfuerzo para alcanzar esa meta. El Kalevala es un canto a la vida, expresado con sorprendente frescura y belleza. Y, como diría Tolkien, que desde que descubrió el Kalevala su amor por él fue intenso, descubrió y admiró “ese extraño pueblo y sus nuevos dioses, raza de héroes escandalosos, sin hipocresía y sin intelectualidad”.

De modo que en la cultura de lengua finesa existe un antes y un después del Kalevala, ya que esta obra modificó considerablemente el curso de los acontecimientos, tanto en el país como en el extranjero. El aura del Kalevala hizo surgir del anonimato a un pequeño pueblo desconocido y, al mismo tiempo, situó a Finlandia en el mapa de Europa, logrando, además, que se la llame la “epopeya nacional finlandesa”.

De ahí que, al mismo tiempo, entre los finlandeses creó un sentimiento de confianza en las posibilidades de su propia lengua y cultura. En la actualidad, menos de cinco millones de personas hablan el idioma finés. Sin embargo, el Kalevala ha sido traducido a 34 lenguas y es la pieza literaria finlandesa que mejor se conoce en el mundo.


Notas

[1] Se estima que la mitad de los versos que componen el Kalevala fueron ajustados levemente por Lönnrot, mientras que el 14% están basados en variantes del poema y sólo el 3% corresponden a su propia invención. La contribución más significativa radica en los arreglos. En el prefacio del primer Kalevala [firmado el 28 de febrero de 1835], Lönnrot señala la posibilidad que pudieran seleccionarse otras variantes de los poemas, sin que ello desvirtuase el contenido.

[2] Fernández, J y Ojana, U. Elias Lönnrot: Kalevala. Editorial Alianza. Madrid, 2004.

[3] Op. cit.

Fotos: Museo Gallen Kalela (Helsinki) y Juan Carlos Díaz Lorenzo

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